La creatividad es un océano de imaginación. Es la posibilidad de tener una mente eficaz capaz de no descansar casi nunca por hallarse inventando o imaginado alternativas nuevas. Además de poseer la capacidad de pensar con claridad. También de adquirir la habilidad para plasmar esos pensamientos en palabras, en imágenes, en notas musicales o hasta en una exquisita receta de cocina.
Nos han dicho durante mucho tiempo que las personas creativas tienen dotes superiores o tal vez una ventaja genética. Sin embargo, tales habilidades pueden resultar de procesos dolorosos y desafiantes en su infancia. O quizás posteriormente nace en ellos una energía interior que los invita a tener una mayor concentración en algo que desean alcanzar y logran materializarlo.
¿Qué es eso que genera la creatividad? Más que nada, la presencia de otras personas creativas. Esa idea de que la creatividad está solo relacionada con los grandes genios individuales es un mito. La realidad es que la creatividad es un proceso social. Nuestros más grandes avances vinieron de la gente de la que aprendemos, con la que compartimos y con la que colaboramos.
Vemos por ejemplo que las ciudades son verdaderas creaciones, porque se unieron grandes creativos tal vez inspirados por mejorar el lugar que habitamos. Haciendo de esa forma grandes transformaciones y avances en diferentes aspectos de la vida cotidiana que le facilitan la vida a otros. Es allí donde la creatividad se convierte en algo súper productivo.
Al tratar con personas altamente creativas debemos aprender a convertirnos en esos aliados que necesitan para que sigan creyendo en esa gran capacidad de ser creadores de fantásticas ideas. Ya que he notado que su gran preocupación radica en sentir que su creatividad se apaga. Que su inspiración y sus ideas van muriendo.
Es allí cuando debemos estar listos como acompañantes de esas mentes brillantes. Para que no vean el bloqueo como un grave problema sino como la oportunidad para generar nuevas ideas. Desde otra perspectiva y con una mente en total tranquilidad.
La creatividad es un océano de imaginación
Invitarlos a que vean ese miedo y preocupación como algo que se puede desvanecer y ser reemplazado por la dicha de creerse y sentirse un ser creativo. Todos llevamos muy en lo profundo de nuestro ser a un creador y considero que ya va siendo el momento de darle voz.
De hacer que ese talento o ese algo que te apasiona se convierta en tu razón de vida. Y que además contribuya a dejar una huella para la posteridad. De esta forma, estarás colaborando con muchos otros creadores a dejar un mundo mejor.
Es por eso que insisto una y otra vez en ver en los niños a grandes maestros. Ellos son capaces de mostrar sin miedo sus trabajos creativos de forma natural. También de sentir un gusto por exhibir todo tipo de ideas. Como pueden ser dibujos, pinturas, alguna figura armada con bloques, manejar algún instrumento musical. Pueden lograr algún ritmo con material de su entorno, participar en la representación de un cuento o en una pequeña obra de teatro.
La creatividad es un océano de imaginación. Aprendamos de los más pequeños que nos invitan a recordar que también fuimos niños. Y en ese momento supimos expresar sin ningún reparo nuestro océano imaginativo.
Caterina Gravina
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