Quisiera comenzar este artículo recorriendo el sendero que guía por el significado de la palabra vitalidad. Podemos definirla como el término que se usa para describir la capacidad que tiene una persona para vivir, crecer y desarrollarse. Significa también tener energía, ser vigoroso y activo.
La vitalidad es esa capacidad que tenemos todos los seres humanos de sentirnos vivos. Donde actuamos con un nivel alto de energía y poniéndole entusiasmo a todo lo que hacemos. Simplemente es esa energía experimentada de forma positiva y en la medida que más aceptemos nuestras emociones, más vivos nos sentiremos.
Tuve la oportunidad de disfrutar de la película infantil Inside Out. Observé como uno de los personajes principales tomó posesión de su tristeza dejando de estar en conflicto con ella misma. También noté cómo por primera vez se sintió unificada con sus sentimientos y consigo misma. Además, como resultado, experimentó alegría y un significativo aumento de vitalidad y empoderamiento. Pude concluir que la decisión de vivir a plenitud y en felicidad radica en cada uno de nosotros.
El sendero de la vitalidad
Por ello, en la medida en que emocionalmente estemos más integrados, más vivos nos sentiremos. Tendremos por consiguiente la grandiosa fortuna de ver milagros en nuestras vidas a diario. Con ese sentimiento de vitalidad en cada uno de nosotros podremos crear eventos mediante nuestra imaginación e intención. Podremos ir más allá de los límites de las leyes naturales y de la lógica de los cinco sentidos. Por lo tanto, si modificas tu perspectiva emocional interior, también lo hará inexorablemente tu realidad exterior.
Esa integración emocional de la que te hablé anteriormente requiere de honestidad y valor. Es imposible integrar un sentimiento que rehusamos reconocer. Si nos resistimos a examinar nuestro sentir porque ello representa demasiado peligro emocional estamos claros que esa reacción generará temor y este será el mayor obstáculo para lograr esa honestidad emocional. Estar en guerra con nosotros mismos inevitablemente traerá como consecuencia la pérdida de vitalidad y nuestra alegría de vivir.
Una casa dividida en contra de sí misma no puede mantenerse en pie. La única solución está en reconocer la verdad, aunque sea dolorosa. Una vez reconocida nuestra realidad emocional podremos encontrar la paz que nos llevará a sentirnos llenos de vida.
Recorrer el camino del autoconocimiento emocional muchas veces no es tarea fácil. Sin embargo, estoy segura de que el tiempo que inviertas en llegar hasta ti mismo hará que esa travesía valga todo el esfuerzo que le hayas dedicado. Sigue el sendero hacia tu bienestar.
Caterina Gravina
Ver también La productividad al servicio de tu ser
Vídeo ¿Qué puedo hacer para tener más energía y vitalidad?
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