Estar enfocados en tantas cosas, provoca que seamos poco empáticos a lo que está viviendo el otro. Así que nos olvidamos de escuchar, de saber cómo va su vida. No conocemos las dificultades por las que está pasando y no nos damos cuenta de la carga mental y física que muchas veces tiene. Pasamos por alto usar la esperanza como potenciador de resultados.
Ya que la esperanza nos permite tener y darle la confianza al otro de que pueden lograr lo que deseen. Así les ayudamos a liberar su carga al inyectarles la seguridad de que todo va a estar bien.
Recordemos que vivimos en una sociedad. Permitirnos escuchar sinceramente al otro, nos ayuda a observar que no todo gira alrededor de nosotros. A su vez nos recuerda que nuestras dificultades pronto pasarán y que muchas de ellas, no son tan difíciles como pensamos.
Además de desarrollar tu escucha y tu empatía, al darle esperanza al otro, también mejoras una capacidad muy solicitada en el mundo laboral y es, el liderazgo. Aunque muchos profesionistas llegamos a creer que somos buenos líderes la realidad muchas veces es diferente.
Por ello, mi invitación hoy es que desarrollemos: la habilidad de darle esperanza a nuestros colaboradores, compañeros de trabajo o a todo aquel que esté en contacto con nosotros en el trabajo.
El objetivo principal es hacerlo por el deseo de aportar y lo positivo es que, a su vez, creces internamente, porque al final:
“Solo damos aquello que tenemos internamente”
¿De qué trata el ejercicio?
1. Elige a una persona. Puede ser un compañero, jefe, alguien del trabajo, si no trabajas, puede ser un amigo o familiar.
2. Pregúntale, ¿Cómo te va en el trabajo?
3. Escucha atentamente lo que te comparte. Trata de identificar alguna preocupación o problema que esté presentando actualmente. La escucha es otra habilidad que todo buen líder tiene y que pocos desarrollan.
4. De manera honesta, coméntale porqué crees que puede resolver esa situación a su favor. Háblale de forma detallada, de cómo sus habilidades, conocimientos y experiencia son puntos clave para que pueda darle solución al problema que enfrenta de manera favorable.
Esperanza: potenciador de resultados
Aunque no le demos una solución al problema que enfrenta el otro, vas a poder observar como el darle esperanza. Y el que se sienta escuchado, le va a ayudar a poder pensar con mayor claridad. También le puede inspirar a encontrar una solución y liberar su mente de la presión.
Si tú eres el líder de tu área, podrás observar cómo constantemente enfocarte en generar un ambiente de posibilidad en tu equipo. Esto va a ayudar a incrementar los niveles de esperanza y como consecuencia tendrán mejores resultados.
Si todavía no eres líder, enfócate en desarrollar un ambiente esperanzador y optimista. Uno que les permita comprender a tus compañeros que son capaces de lograr (y muchas veces hasta de superar) las metas del área.
Al ayudarle al otro a aumentar su confianza, la esperanza en que es capaz, automáticamente te ayudas a interiorizar todo aquello que das. Porque te das cuenta de lo que puedes hacer por los demás. Así que de seguro compartirán contigo como les has ayudado en sus vidas.
La esperanza que siembras en el otro siempre regresa a ti. – Izcaret García Flores.
Mi sugerencia es que hagas el ejercicio, por lo menos una vez a la semana. Con el tiempo podrás observar toda la esperanza que has sembrado en ti y en el otro.
Izcaret García Flores
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