Siguiendo la consciencia de lo que te mereces, nos disponemos a entrar en mayor intimidad con nosotros mismos. Vamos a reconocer aquello, que nos han dicho que somos y de lo que hasta el momento hemos recibido.
Te propongo una sencilla actividad, con la que puedes tomar consciencia de tus aportes y tus limitantes a tu merecimiento.
Imagina o prepara en físico un cuarto lleno de velas y aromas. Adicional, la comida que más te gusta en un plato solo para tí, los sonidos que más te agradan y justo allí tienes una cita contigo.
Reconocer lo que te das te hará hacer ajustes
Te propongo una serie de preguntas te puedes hacer, para escucharte y reconocer que te das y que no:
- ¿Qué me gusta y que no?: Puede ser una pregunta tan básica y es justo allí donde radica su belleza. En la naturalidad de aquello a lo que tu mente, cuerpo, emoción y alma responden de manera positiva, sin esfuerzo.
- ¿Te escuchas antes de responder?: En que oportunidades puedes reconocer que no te escuchas a ti mismo, antes de comprometerte con la propuesta que otro te presenta. Esto lo llamo el «sí automático», a veces andamos aceptando a otros sin darnos cuenta de que podemos estar diciendo que no a nosotros mismos.
- ¿Cómo respondo a los regalos o aprecios que recibo de otros?: En ocasiones he escuchado como muchos los toman con agradecimiento y otros buscan evadirlos presentando cierta dificultad para aceptarlos.
- ¿Qué me doy diariamente?: Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos nos estamos dando, de lo que nos puede estar beneficiando y aquello que no. Nos damos un rico desayuno o nada. Dormimos 8 horas de sueño o unas pocas 4. Damos un reconocimiento positivo frente al espejo o una crítica hacia nuestro cuerpo, nos damos un «buenos días» y un agradecimiento o una queja y un regaño. Usamos un tiempo para abrazar al ser querido o nos damos el tiempo para criticarle. Respóndete.
El merecimiento está en tu consciencia
Hacer consciencia de cómo te estás tratando, es un paso para llegar a ese momento, en el que no tienes temor de expresar lo que te gusta y lo que no.
Considérate antes de actuar. Ser auténtico, amarte y que permitirte fluir con ello. Independientemente de las reacciones de otros, porque ya comprendes que darte lo que mereces es tu trabajo y de nadie más.
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