¿Cuántas veces has hecho honor a tu merecimiento poniendo la tarjeta de crédito a tope? ¿O gastando en pocas horas lo que te tomó un año recibir?
Yo lo he hecho varias veces en mi vida. Lo sorprendente es que casi siempre terminé con la misma sensación: arrepentida.
Es que por mucho tiempo mi ego confundió merecimiento con el hecho de gastar indiscriminadamente. Esto era lo que consideraba abundancia.
Si le sumo que mi definición de éxito era ostentar la capacidad de comprar, era quien no quería ser.
Vivía ahogada en deudas, el dinero no me llegaba a la siguiente quincena y la sensación de malestar con respecto al dinero era inmensa.
Quería más para gastar más. Por mí misma nunca me di cuenta que estaba en un círculo vicioso que me hundía en miseria todo mi ser.
Hasta que un día tuve que aceptar que no tenía ni idea que hacía con mi dinero. Eso fue como una oración, porque al poco tiempo empezaron a aparecer opciones que me permitieron cambiar esto.
Te cuento las tres grandes lecciones que me llevé de la experiencia
- Educación Financiera: Joselyn Quintero me enseñó a estructurar el dinero que recibía según las áreas de mi vida. Algo tan simple como distribuir lo que recibía cambió mi perspectiva por completo, teniendo resultados asombrosos apenas seis meses después de implementar lo aprendido.
- Sí se puede ahorrar: viniendo de un país con alta inflación la excusa más frecuente en mi entorno es no ahorrar porque el dinero pierde su valor. O no ahorrar porque todo me lo quiero gastar. Gracias a la introducción del ahorro en mi vida, pude iniciarme como emprendedora y manejar la incertidumbre de recibir ingresos variables.
- Valor Personal: el día que comprendí que mi valor no está en tener sino en ser, mejoró la forma de ver mi proceso. La vergüenza y el malestar por no comprar ciertas cosas innecesarias, dejaron de protagonizar mi vida, para convertirme en una persona próspera, abundante y rica. Todo lo material está para circular, mi ser es lo único que me pertenece.
Ha sido una experiencia de la que me siento orgullosa. Aún sigo aplicando estos fundamentos día a día, permitiéndome vivir en estado de calma y paz interior.
Esto significa un desprendimiento de las circunstancias que me rodean. Las principales ventajas han sido estabilizar mis emociones, y manejar mejor la incertidumbre para enfocarme en desarrollarme aún más como persona y profesional.
Me merezco todo lo que hay en el mundo, siempre y cuando sea en tranquilidad, alegría y sin preocupación
Aprende a no necesitar nada y trabajar para alcanzar todo. Es tu decisión.