¿Te has puesto a pensar de dónde nacen esas habilidades, capacidades, talentos o dones que posees?
Yo me lo he preguntado muchísimas veces, sobretodo cuando me encuentro con personas que tienen talentos excepcionales. Sin embargo, con el trascurrir de los años me di cuenta que todos tenemos ciertos talentos, unas personas más desarrollados que otras.
Todavía recuerdo cuando tenía alrededor de 9 años. Sin pensarlo dos veces tenía en mi mano una hoja de papel blanca y comencé a dibujar con lápiz.
Yo traté de imitar la imagen que estaba viendo. Para mi sorpresa después de un buen rato, mi madre se acercó y me preguntó: ¿esto lo calcaste o lo hiciste tú?
Yo le contesté que yo lo había dibujado mirando el modelo. Ella corrió a decirle a mi papá lo bien que dibujaba para mi edad.
Nunca me convertí en pintora pero desde muy temprana edad supe que tenía una gran habilidad para el dibujo. Realmente para todo lo que significará colores y trabajo con las manos.
Vivíamos con un tío, y el también tenían gran habilidad para el dibujo. Siempre pensé que los talentos se heredaban o que venían de familia. Ya instalados en los genes.
Con el paso de los años descubrí que ese talento tenía una relación más profunda con aquella persona que era yo. Lo sentí cuando dibujaba por 9 horas a la semana en el Instituto de Bellas Artes en Medellín y luego al convertirme en diseñadora de modas.
Hoy yo puedo definir los dones y talentos como la expresión más perfecta de la divinidad plasmados en el plano físico.
Si tú en algún momento sientes que tu vida no va por el camino de la calma, de la satisfacción y la completa felicidad es porque seguramente no te has conectado con esa parte divina tuya que viene lista para ser expresada con tus dones y talentos.
Puede ser que en algún momento dejaste de poner atención a los sentimientos que se manifiestan cuando aplicas tus talentos. Ya no sientes la alta vibración que generas aplicando alguno de tus dones o talentos.
Cuando hablo de dones y talentos me refiero a capacidades, aptitudes, habilidades y eso que tú puedes hacer fácilmente. Es decir, sin esfuerzo y que te causa gozo.
Ya sabes que los dones y talentos vienen de la divinidad. ¿Pero cómo es posible que algunas personas tengan el don de la pintura, escultura y otros el don de la palabra o de motivar a otros?
¿Por qué existen tantos talentos diferentes?
Se dice que antes de encarnar en este plano tú elegiste cuáles dones y talentos tendrías a tu disposición. Solo para cumplir ese aprendizaje que viniste a hacer. Entonces, los dones y talentos son las “herramientas” que te llevan a consumar esa misión.
Las experiencias que viniste a vivir van de la mano con los dones y talentos que posees. Éstas herramientas vienen contigo para que las descubras y las pongas en práctica especialmente con los demás.
También puede ser que alguno en específico está presente porque decidiste experimentarlo en esta vida. Existe la posibilidad de que ya anteriormente lo habías usado y te hizo inmensamente feliz.
Por eso creo que hay tantos virtuosos que llegan prácticamente tocando y creando piezas musicales magistrales. Siendo excelentes emprendedores o siendo eruditos en la palabra por ejemplo.
Si estas explicaciones sobre el origen del talento resuenan contigo, es porque estás dispuesto a aceptar que tu no te originaste en el momento en que tu mundo físico comenzó. Por ende, la conciencia y ese ser que eres, no comenzaron solo en esta vida o al menos en el momento en que te engendraron o naciste.
Ahora que sabes de donde vienen tus talentos considéralos un tesoro con el cual viniste a materializar esa energía creadora que posees.