Cuántas veces sueñas con sentir serenidad. Te encuentras agitado, las tareas diarias te llaman, las afugias económicas te aplastan. No estás durmiendo bien, las cosas según tu opinión no van por buen camino. Ya le diste un tinte a tus experiencias y por eso estás viendo tu situación a merced de las circunstancias. No tienes serenidad, tranquilidad o paz en tu vida.
La serenidad la defino como calma. Es como si supiera que todo está bien, aun cuando el mundo externo me está mostrando caos y dificultades.
El problema existe porque en cada instante de nuestro día permitimos que el mundo exterior interfiera con nuestro mundo interior. Es como si un constante dictador nos estuviera manejando cada momento de nuestras vidas. Y ese dictador es el mundo en el que vivimos, el mundo de afuera.
La realidad, es que vivimos en un mundo físico, que tiene muchas características que irrumpen a diario en nuestra tranquilidad. Aunque no nos hemos dado cuenta que el poder de digerir y de vivir cada situación que se nos presenta está en nuestras manos.
Vivir con serenidad es una de las pruebas de tu crecimiento espiritual. Mientras más serenidad tengas en tu vida se considera que estás más avanzado en tu camino interno. Así que vale la pena preguntarte:
¿Cuántas veces al día pierdes la calma por factores externos?
El pito de un auto, los gritos de transeúntes, la falta de respeto de un colega. La mentira que te dijo tu pareja, la burla de tu amigo, etc. Todas estas son pruebas diarias que dependiendo de cómo respondas a ellas. Te muestran cuán cerca estás de obtener la serenidad.
Pero, ¿qué pasa cuando son los factores internos los que nos roban la paz? Pensamientos de ser insuficientes, de no tener el dinero, la capacidad o el derecho de hacer algo. El sentirte menos o sin poder de ejecutar algo que secretamente deseas.
En cualquiera de los dos casos, cuando la paz la pierdes por factores externos o internos, la raíz es la misma. Todo partió de un pensamiento que le adjuntaste a una experiencia en particular. Por eso es tan importante estar conscientes a cada momento del tipo de pensamientos que estás generando en las situaciones diarias. Desafortunadamente nos hemos acostumbrado a vivir en modo reactivo. Esto quiere decir que muy pocas veces nos detenemos conscientemente a decidir como actuar ante una situación que se presenta.
Si la serenidad es un sentimiento que experimentamos,
¿Cómo podemos atraer la serenidad en nuestra vida?
Para responder esta pregunta quiero ponerte en contacto con una de las leyes universales más poderosas que existe: el pensamiento que entretienes tiene un poder creador que se manifiesta en tu realidad.
Cuando ya has visto o experimentado algo, es por que ya un pensamiento o varios se han manifestado, ya es pasado, es decir ya sucedió. Cada momento que vives es el presente, y por eso, cada momento que sucede tienes la oportunidad de cambiar lo que verás manifestado a veces inmediatamente, y otras veces mucho tiempo después. No es lo que existe fuera de ti lo que crea tu falta de serenidad, es lo que tú piensas acerca de lo que estás viendo en el momento presente lo que genera como te sientes.
Si tenemos la opción de generar un pensamiento a cada momento que vivimos, y por ende crear la realidad, entonces cabe preguntarnos, ¿por qué darle importancia al pasado y seguir alimentando nuestra realidad con algo que ya sucedió?
Bajo esta misma ley cuando tu dejas de pensar en algo que consideras que no es bueno para ti o que te afecta de una manera negativa, lo que estas haciendo es quitando el poder de tu pensamiento creador es ese momento hacia esa circunstancia, de manera tal que esta situación no se sigue alimentando. Lo que has hecho es cortar esos pensamientos de raíz quitándoles su vitalidad.
Recuerda que los resultados no se ven inmediatamente, con suficiente práctica estarás ejercitando tu poder de pensamiento de manera tal, que estarás creando pensamientos que te dan serenidad.
Vivir en serenidad es una decisión, y cuando comprendes que tienes la opción de cambiar cómo piensas acerca de una situación, habrás encontrado la llave directa hacia los sentimientos que deseas experimentar, en este caso serenidad.