¿Qué puedo hacer para hacerte feliz? Es una pregunta que me realicé viéndome al espejo en el baño de la empresa después de estar llorando. Mi jefe gritándome me dijo: “eres una inepta, no sirves para el puesto y si no puedes con él, entonces renuncia” y eso decidí hacer. Me empecé a despedir de todos a agradecer su apoyo cuando de repente recibí una llamada. Era él, fui a su oficina y me pidió disculpas, me dijo que había tenido un día difícil, que algo que él esperaba recibir no había llegado y que se “había desquitado” con la primera persona que se le puso enfrente, me dijo “quédate, estoy dispuesto a darte una segunda oportunidad”. Así empecé a observar mis relaciones de trabajo.
Después de reflexionar lo que había pasado, me di cuenta de que estaba dentro de un círculo de violencia. Desde joven me lo habían enseñado, pero yo pensaba que solo aplicaba en las relaciones de pareja. Jamás había cruzado por mi mente la posibilidad de que sucediera en otro tipo de relaciones, y por supuesto menos en la laboral.
Lo que mis relaciones de trabajo me mostraban
Con el tiempo, entendí, que las relaciones que había tenido en mis trabajos me mostraban algo:
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Lo que yo sentía en mi interior, lo proyectaban ellos con sus palabras
Mi exjefe solo me gritaba, lo que yo me gritaba en mi interior; con mis palabras tan duras: “no puedes”, “no tienes tanta experiencia en este puesto”, “no tienes idea de lo que estás haciendo”, “¡Renuncia!” …
- La mayoría de las relaciones con mis jefes, me invitaban a sanar mi relación con papá y me pedían a gritos que elevara mi autoestima
Hay una publicación de Enric Corbera que expresa muy bien este punto: “Las relaciones que vivimos en el trabajo son las mismas que vivimos en casa durante nuestra infancia. El tipo de conflictos que no supimos resolver suelen manifestarse en nuestra familia simbólica”.
El universo, la vida, Dios (como tú lo quieras llamar) te va a presentar personas/circunstancias que te ayuden a sanar. Mi primer jefe hacía pequeños comentarios ofensivos como “porque no entiendes si es muy sencillo” (no entendí la lección) subió el nivel. El siguiente jefe “me gritaba y perdía el control” (nuevamente no aprendí la lección y llego algo más fuerte), un jefe que me insultara y denigrara, hasta que puse un alto.
Culpar al otro por las circunstancias que vivimos es muy fácil, victimizarnos también. Pero ser conscientes y asumir la responsabilidad de lo que nos está pasando requiere mucho valor y en ocasiones puede llegar a ser doloroso. Al final, va a valer todo el esfuerzo, porque te va a permitir crear la vida que deseas.
Mi invitación hoy es a que reflexiones, ¿Qué vienen a enseñarme estas relaciones de trabajo? principalmente debes enfocarte en las que te generan emociones negativas, ¿qué me está diciendo el otro y que me estoy diciendo yo? ¿Te dicen que eres un tonto?, entonces analiza ¿Qué te estás diciendo? ¿Te cae mal tu jefe/compañero/a? o ¿te molesta su forma de ser?, ¿Con quién eres así?, ¿A quién tratas de la misma forma que te molesta? No te tomes todo literal, no significa que lo que haces es exactamente de la misma forma o con el mismo nivel de intensidad, pero eso que estás viviendo te quiere enseñar algo.
Obsérvate ¿En qué piensas, qué te dices, qué le dices al otro? vas a empezar a notar que los demás te sirven de espejo, que te ayudan a crecer y a ser consciente de lo que está en tu interior. Es así como tus relaciones de trabajo funcionan e espejo.
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