No hay manera de llegar a la meta si no se tiene el compromiso de hacerlo. Por ello con toda certeza mi atención está puesta en ello, es así como dando lo mejor de mí podré alcanzar mis objetivos.
Esta expresión se centró en mí con la fe puesta en Dios, por sobre todas las cosas. Cuando con absoluta certeza supe que mi hija y mis nietos estarían de vuelta a casa. Después de un largo período de 9 años de estar separadas.
En medio de ese tiempo nacieron mis hermosos nietos. Hoy estamos juntos, conviviendo en la mayor armonía y con la mayor paz dentro de mí, soy feliz.
¿Qué hice mientras tanto?
En principio me invadió la angustia y ese deseo imperioso de hacer las cosas como mi ego me lo indicaba. Prevaleció por tiempos las emociones como la rabia e impotencia.
El cansancio emocional fue abrumador. Me sentía devastada, hasta que un día comprendí que debía poner todas mis energías y mis intenciones en todo lo opuesto.
Me enfoqué en dejar que las cosas sucedieran y con ellas fluir. Aprendí a fluir, eso es tener fe, me dije alguna vez.
Comprendí además, que ir en contra de la corriente era desgastante. Mi objetivo principal era rescatar la relación con mi hija. Solo que no había descubierto hasta entonces que no había habido comunicación verdadera entre las dos.
A partir de allí, me centré en tener una comunicación efectiva con ella. Además, advertí que era yo quien tenía que dar el primer paso. Fue así que fijé toda mi atención en observarme cómo era mi disposición hacia una buena relación.
No la había tenido nunca, y eso lució muy rudo para mí, darme cuenta que no era ella sino yo la que tenía que mejorar.
A partir de entonces, fui reconociendo cada emoción que sentía y aceptando cómo debía canalizarla para dar lo mejor de mí y observar lo mejor de ella. Así aprendí a reconocer su lado amable.
Hoy con absoluta certeza sé, que cuando nos enfocamos en lo que queremos y trabajamos por ello, mejorando lo que sea necesario y valorando lo que se presenta, lo obtenemos. No hay dudas.
Es el más cercano ejemplo que les puedo ofrecer con relación al compromiso, la promesa de lograr un objetivo. Yo lo logré y estoy en paz. Agradecida infinitamente.