Que sensación tan divina se siente cuando nos conectamos con el Universo y llegan muchas ideas que podemos expresar a traves de las palabras. Estas pueden ayudar y guiar a otros a amarse.
A veces he escuchado a personas cercanas diciendo «Yo merezco»: ser feliz, tener una familia, tener dinero, disfrutar y viajar. Sin embargo, al transitar el tiempo observo que ese ser no ha tenido ningún cambio en su vida.
Siempre me preguntaba, que pasó con ella o él, que no ha tenido lo que dijo merecer, si lo dijo con tanta fuerza y emoción. ¿Te ha pasado esto alguna vez?
El merecimiento es una energía que nace del amor y por ende del reconocimiento y de la auto aprobación. Aunque algunas veces la expresamos con autoridad, como si estuviéramos enviando una orden.
Como si fuera un mandato a la vida y esto ocurre cuando hablamos desde la mente. Es decir, estamos contactando la carencia, la necesidad y no el amor.
El verdadero merecimiento se manifiesta cuando vives en amor infinito por ti. En donde reconoces quién eres, y sabes que perteneces a la fuente inagotable del amor incondicional.
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Mereces lo bueno… todo lo bueno, lo mejor de lo mejor, lo maravilloso para ti. Piensa en ti con esta frase «De lo bueno lo mejor».
Amarse es atraer lo mejor del mundo
Quisiera hacer notar con mucho respeto qué hay algunos autores que no están de acuerdo con trabajar el merecimiento. Basándome en mi experiencia, se los recomiendo ampliamente.
Lo he trabajado en mí en amarme, reconocerme, valorarme. Sentir para poder entender, que somos chispa divina, fuente inagotable y desde allí sé que mi conexión es con el infinito.
Está es la sintonía para mí de más alto bien, y siempre le añado estas palabras mágicas: «Acepto todo lo que me quiera regalar el Universo, porque el Universo es tan generoso, que siempre nos da más de lo que nosotros necesitamos».
Ahora bien, es vital que descubras en tí ese amor que hay dentro y regalar esos momentos para amarse. Esos detalles en donde te fusionas con la naturaleza y reconoces lo grande y maravilloso que eres.
Eres perfecto ahora. Obséquiate un gran abrazo con tus seres queridos y contigo mismo a diario.
Podemos comenzar con disponernos a tomar una gran respiración y hacer el cambio. De manera sencillo y sin control.
Dedica más tiempo a sentir tu corazón. Si eres mujer coloca tu mano izquierda a la altura de tu pecho y si eres hombre, pon tu mano derecha en el mismo lugar.
Respira y luego que sientas ese latir lleno de vida y amor por ti, dices en voz alta «YO MEREZCO PORQUE ME AMO».
La vida es muy simple y nosotros a veces la complicamos, con tantas emociones y pensamientos que manejamos al mismo tiempo. Sí puedes dar amor sin esperar recibir. Cuando lo logres, estoy segura que todo lo que llegará a ti, será agradecido y bendecido.
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