Prohibido adaptarse a la infelicidad, ese lamentable estado en el que la vida deja de latir en coherencia con el Universo.
Para empezar, comencemos admitiendo que la felicidad depende exclusivamente de ti. Podrán las circunstancias salirse de tus manos, el entorno ser adverso, las personas que te rodean actuar de manera inesperada. Sin embargo, tu bienestar interior continúa dependiendo de ti.
Comienza observándote. Explora tus áreas vulnerables, trabaja en ellas una por una hasta convertirlas en fortalezas.
Observa también tu modalidad perceptiva. La manera como interpretas las cosas, construye el placer de la imperturbabilidad. Recuerda que las personas son programadas, que la mujer es entrenada para la subordinación, ser sumisa, para auto reprimirse en nombre de la educación o los buenos modales.
Es posible interpretar un problema como un desafío, una adversidad o como un recurso para fortalecerse.
Trabaja con detenimiento sobre tu manera de interpretar los diversos acontecimientos de la realidad y sentirás el inmenso placer de la imperturbabilidad. Ese poder interno de no estar sujeto a los constantes cambios del entorno. Estar bien o mal depende de ti y no de las cosas que pasan o de la presencia de buenas o malas noticias. Tu bienestar es parte de las cosas que jamás se delegan.
Fábrica de infelicidad
La infelicidad, junto con la ignorancia diplomada y la enfermedad son inducidas porque de esa manera es más rentable. Se pasa la vida insatisfecha buscando consolarse en los centros comerciales. Sacando de paseo a su hastío existencial y sometiéndolo a la engañosa terapia de comprar por comprar.
Si tu objetivo es la infelicidad, el sedentarismo es recomendable. Así como una vida sin objetivos elevados, sin reflexión, sin autocrítica, sin consciencia.
Si lograste ser esclava del trabajo, el resto solo consiste en endeudarse sin auténtico motivo.
Hablar mal de los demás también contribuye a la preservación de la infelicidad. Así como excederse o tener carencias, pensar que la felicidad es imposible. También ayuda cultivar baja autoestima y copiar a la vecina o al pariente, porque la gente vive así. ¿Ya miraste como viven tus amistades?
Ahora que ya sabes cómo se fabrica la infelicidad,
¿Permanecerás infeliz?
Apúntate a la dinámica transformadora de una vida consciente. Reorganiza las constelaciones de intenciones, átomos y potencialidades que tienes, para enfocarlas hacia tu propósito existencial. Con eso es suficiente para derribar la infelicidad y posibilitar la conjunción de intenciones, emociones, acciones y relaciones en la misma perspectiva. Con la finura y frescura de quien se sabe artista y simultáneamente dueña de su vida.
Recuerda que es posible ser feliz de manera permanente, sin embargo, es preciso redefinir la felicidad. En otra carta te hablaré al respecto.
Tomado de: Musa, el retorno de la mujer sagrada
Chamalú
Ver también Despertar o seguir dormido
Vídeo Iniciación a la vida