Después de muchos años viviendo con un rostro raro, diferente, me pregunto a mí misma ¿Cómo se construye la confianza?
Un doctor en cirugía facial me dijo a los 15 años: -Hoy en día es imposible mejorar tu condición. No eres horrible pero eres fea, fea del montón- Y juro que no lloré ni me molesté. Fea del montón. Así, sin anestesia. Yo lo agradecí, porque me ubicó en el grupo de las feas del montón.
Y entonces ¿cómo seguir adelante? Pues mi mente me dijo: Dentro de ese grupo hay las amargadas, las tristes, las insensibles y las geniales. Y ahí me incluí yo: en las geniales.
Para eso, cada mañana tengo que reconocerme a mí misma para saber qué voy a potenciar y que requiero controlar. Y desde la honestidad voy haciendo cambios. Me tengo compasión cuando es desafiante, no lástima, sino amor real y comprensivo
Si algo no lo puedo controlar, lo suelto lo antes posible. No puedo manejar vehículos porque no me dan la licencia, sin drama, lo solté.
Tener confianza es saber vivir
Y le voy dando significado a mi vida. Tener una misión es algo invaluable: Apoyar a otros y dar relevancia a otros como yo. Reconocer mis capacidades y lograr aquello para lo que no estoy capacitada pero que sé que no me es imposible.
Sobre todo dejar a un lado los miedos y vivir con coraje y alegría cada mañana.
Al final, quitarse las máscaras que ya no se necesitan y ser lo que somos, ni más ni menos. Tener confianza en nuestra propia abundancia y en la del Universo.
Ya sea que lo tengas claro o no, cuando fluyes en la abundancia del dinero, ésta te rodea y te sientes confiado en tu presente, que es lo único que en realidad posees.
Ahora sé que la confianza viene del lado más puro de nuestro corazón, del lado donde anida la energía del amor.
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