Es una tarea titánica comprender que darás solo lo que tienes dentro de ti. Es así como hoy cuando escribo estas líneas comprendo que es inevitable creer en mí para poder creer en otros.
De esta forma inicio este artículo. Haciéndome consciente de que para saber quién soy y qué tengo para dar a mi entorno, requiero soltar a lo que me aferro y ya no tengo. Recién vi un video que expresaba el miedo como una enfermedad.
Esto me lleva a la siguiente reflexión, se deja de creer en sí mismo porque se tiene miedo.
Miedo a reconocer todo el amor que hay dentro da cada uno de nosotros. Llevamos una vida aferrados a las carencias, las angustias y el temor de perder lo que se tiene. Aunque la mayoría de las veces estamos enfocados en lo material, es miedo a perder el control.
Ignoras la abundancia interior buscando fuera. Mientras evitemos aceptar lo que llevamos dentro como habilidades, dones y fortalezas, concentramos nuestras energías en añorar lo que ya no nos pertenece.
Al hacernos conscientes de ello, buscamos resultados inmediatos y tampoco funciona de esa manera. Es como un rompecabezas, lo primero que se requiere es visualizar un propósito y una misión de vida.
Al conectar con esto, se inicia el reconocimiento de quien eres y que llevas en lo más recóndito de tu ser aún por descubrir.
Sin embargo, el miedo ataca al reconocer lo que nunca antes habías percibido de ti. Para poder descubrir tus fortalezas es imprescindible aceptar tus debilidades. Si quieres aceptar el amor dentro de ti es ineludible admitir los temores e inseguridades.
Beneficios de creer en ti
Creer en ti es reconocer todo lo que se tiene en esencia, los miedos para que hayan servido y que nuevo enfoque darle. Es seguir permitiendo que paralicen o por el contrario utilizarlo como palanca para accionar hacia nuevas aventuras.
También es confiar que ya lo tienes todo. Que has sido dotado de lo que se necesita para vivir en plenitud, abundancia, felicidad y prosperidad.
Es tener fe y eso te lleva a un paso superior a armar tu rompecabezas. Porque es tener la convicción de que ya es un hecho en tu vida, solo entonces en un acto de agradecimiento a Dios lo podrás reconocer.
Agradeciendo a Dios, creerás en ti y es la mejor manera de creer en los otros. Es la única condición para aceptar que Él también ha sido dotado de todo.
Es buen momento aceptarte tal cual eres, sin cuestionarte ni enjuiciarte.
Reconoce para que te ha servido lo que has atraído hasta el presente y decide si es de tu agrado o no. Serás capaz de decidir tus nuevas acciones y ver con otro matiz las actuaciones de quienes te rodean.