Todos sabemos que vivimos en un mundo acelerado. En donde las prisas y el correr es cosa de todos los días. Por ello, frecuentemente nos vemos en la necesidad de buscar opciones para contrarrestar el estrés que ello ocasiona. También hacer algo para bajar el ritmo y vivir centrados en el “aquí y ahora”. Es decir, nos es necesario hacer un esfuerzo consciente para contemplar, sentir y experimentar la vida, en aras de poderla valorar y aprovechar al máximo.
Como resultado de nuestra actitud poco reflexiva, de forma frecuente y desafortunada, terminamos limitándonos a reparar aquello que ya ha sido dañado. Vivimos en la creencia de que convendría mucho más que optáramos por establecer y mantener la situación deseada. Logrando de esta manera evitar generar algún problema o daño indeseado. Sin embargo, en realidad los humanos tendemos a evadir enfrentar aquello que no nos agrada. Hasta que lo tenemos frente a nosotros y ya no hay forma de ignorarlo.
En general la vida en pareja y familiar, posee un sinfín de demandas que atender. A la mayor parte de los esposos, les resulta difícil y complicado hacer un alto en el camino para darse el tiempo de contemplar su relación. Y en función de su reflexión atender aquellos puntos que podrán crecer hasta convertirse en un problema crónico y difícil de resolver.
Darse el tiempo
Si valoras tu matrimonio, algo muy recomendable que te convendría realizar, es el que al menos de forma periódica (cada tres o seis meses, por ejemplo), pudieras hacer un alto en el camino. Darse un tiempo y contemplar la relación de la forma más objetiva que te sea posible. Para en términos generales reflexionar e identificar, cuáles son los puntos fuertes y adecuados que consideras necesitan mantener. También cuáles son los más problemáticos que requieren atender. Y cuáles las alternativas de solución que entre ambos pueden proponer para después, en común acuerdo, decidir qué medidas llevarán a cabo para mejorar su relación.
Debido a todo lo anterior, se hace necesario que como personas y esposos que son, se den el valor que tienen tanto a sí mismos, como a su pareja. Para juntos cerrar filas e impedir que las prisas y demandas cotidianas, los lleve, incluso sin darse cuenta, a perderse en la distancia provocada al olvidar que es necesario contemplar la presencia del otro. Para agradecer lo que cada día aporta en sus vidas. El simple hecho de mirarse el uno al otro, facilitará su cercanía afectiva al confirmar que están presentes. Son importantes cada uno en la vida de su pareja y por ello se dan el tiempo para contemplar su relación para nutrirla y mantener vivo su amor.
Lilian Rodríguez.
Ver también El despertar a tiempo en las parejas