Vitalidad podríamos definirla como las ganas de vivir, de salir, hacer, descubrir. También de tocar, crear, hablar, bailar, arriesgarse, pero sobre todo con alegría y entusiasmo. La vitalidad viene de adentro hacia afuera.
¿Y de qué depende la vitalidad?
Hay muchos elementos que influyen en que tengas o no vitalidad. Podríamos mencionar 4 que son básicos porque te ayudan a lograrlo de adentro hacia afuera.
- Tu alimentación. Consumir productos que te den energía en vez de alimentos que te roban la vitalidad. Tales como azúcares, químicos o transgénicos.
- Tu descanso. Dormir las horas necesarias y con las condiciones básicas para descansar y recuperar tus fuerzas.
- Tu salud física. El sobrepeso, la vida sedentaria, o las enfermedades, dificultan alcanzar la vitalidad.
- Tu salud emocional. Y aquí nos vamos a parar porque considero que es la más importante de todas. La que además influye, no solo en tu vitalidad, sino también en tu salud física, en conciliar bien el sueño y en la forma de alimentarte.
Durante mucho tiempo nos han dicho que el estado de ánimo depende de la actitud, que hay que ser positivo y mirar el lado buen de las cosas. Que hay que ser curioso y asertivo.
Sin embargo, esto que nos proponen es un ejercicio mental que va de afuera hacia adentro. Porque estoy dando una orden mental a mi cuerpo para que funcione de una forma que no está sintiendo. Y no hay nada más ridículo y absurdo que querer cambiar mentalmente lo que sentimos. Aunque lamentablemente es lo que llevamos haciendo toda la vida.
No sabemos gestionar lo que sentimos y recuperar nuestra vitalidad de forma natural. Salimos a pasear para soltar un enfado o vamos al cine para reírnos y dejar de estar tristes. También vamos al gimnasio para soltar la carga y nos vamos de vacaciones para desestresarnos.
De adentro hacia afuera
Y todo eso está bien. Pero solo son sistemas de compensación que no cambian lo que sentimos. Solo nos ayudan a silenciarlo por un tiempo y recuperar fuerzas para seguir empujando, pero sin resolver nada. Parece normal porque es lo que hace todo el mundo, sin embargo, no es natural.
No es natural porque es un trabajo que hacemos desde afuera hacia adentro. Es decir, algo externo o un esfuerzo mental me ayuda a estar bien. Por eso no es duradero y al poco tiempo volveremos a sentirnos desmotivados y más cansados aún por la lucha y el esfuerzo que realizamos para estar bien cuando no lo estamos. En breve necesitarás volver a parar para cargar las pilas.
En realidad, debería ser al revés. Entrar en mi estrés o en mi falta de vitalidad para ver qué conflictos emocionales me impiden tener alegría y entusiasmo. De esa manera podré trabajarlo, sanarlo y por fin recuperar la vitalidad y las ganas de vivir de forma natural y sin esfuerzo.
Siempre de adentro hacia afuera.
Ver también Estado del ser