Si queremos ser felices debemos aprender a transitar el camino que va desde el sufrimiento a la felicidad. Del conformismo a la acción.
Pero eso supone salir de nuestra zona de confort y no siempre estamos dispuestos.
La incertidumbre y la inseguridad que ese paso implica, nos genera tanto estrés y ansiedad que preferimos quedarnos quietos. Y conformarnos con lo malo conocido aunque no sea lo que realmente deseamos.
De esta forma empezamos a renunciar a nuestra felicidad basándonos en creencias como:
–la vida es así y yo no puedo hacer nada para cambiarla.
-no depende de mí.
-no merezco una vida mejor.
-y si no soy capaz de lograr lo que quiero.
-qué pasa si fracaso y termino peor de lo que estoy, etc.
Pero realmente no puede haber nada peor que sobrevivir en piloto automático.
La vida pasa y no vuelve
Si no hacemos nada por cambiar las cosas que no nos gustan y que nos hacen infelices, la vida lo hará por nosotros. A través de un suceso: accidente, un despido, un divorcio, etc. Entonces será mucho más doloroso y difícil salir adelante.
Por eso siempre es mejor vivir desde una posición proactiva y ser tú quien lleva las riendas de tu vida.
Ahora, ¿qué pasos podemos dar para que la transición del sufrimiento a la felicidad sea lo más fácil posible?
-
Soltar
En primer lugar debemos empezar por soltar todo lo que no nos hace felices. Recuerda que si no le quitas a la copa el agua sucia, de nada servirá echar agua limpia. Siempre tendrás pozos de suciedad y agua turbia.
Todos hemos tenido en algún momento historias para olvidar en nuestro pasado. No te voy a decir que las olvides, pero sí que sanes esas heridas, que busques el aprendizaje y después pases la página.
De lo contrario, todo el tiempo que dediques a remover el pasado. Desde el rencor, la culpa o el resentimiento, es tiempo perdido y energía que te robas para seguir adelante y encontrar la felicidad.
-
Reconciliarte contigo misma
Durante demasiado tiempo hemos permanecido haciendo cosas por los demás, sin darnos cuenta de que no estábamos viviendo en coherencia con nosotros mismos, y eso nos ha llevado directo al sufrimiento y a la enfermedad.
Nuestro deseo era sentirnos aceptados y queridos, pero cómo podemos lograr eso si ni siquiera nos aceptamos a nosotros mismos.
A veces somos tan duros y exigentes con nosotros mismos que podríamos tener las manos llenas de oro y seguiríamos siendo infelices.
Por lo tanto, está bien querer mejorar en la vida, pero hazlo desde el amor, no desde el rechazo ni la auto-exigencia excesiva. Y eso implica dejar de castigarte mentalmente con pensamientos negativos. Perdonarte por los errores cometidos, celebrar tus logros y enfocarte en tus dones.
-
Confiar y fluir
Ten siempre presente que todo pasa por algo y siempre es para tu bien, aunque en ocasiones nos resulte difícil de entender.
De hecho, mira hacia atrás un momento y fíjate cómo nunca te faltó nada de lo básico. Por qué entonces tendría que ser diferente en el futuro.
Así es que avanza siempre con firmeza, escucha tu corazón y todo llegará.
En definitiva, hay tantas cosas hermosas que nos esperan en la vida y tantas puertas que se abren. Cuando desde la confianza, elegimos dar el primer paso, que siempre merece la pena arriesgarse para mejorar nuestra vida y empezar a ser felices HOY.