Es solo un lápiz

Joselyn Quintero Armonía Financiera Leave a Comment

Pensando en la deshonestidad, ¿has pensado que el mundo sería mejor si los demás fuesen honestos? Antes de comenzar a hablar de la ciencia de la honestidad, comencemos por esta historia:

Karina comenzó esta semana como gerente administrativo de una empresa procesadora de alimentos. Su imponente hoja de vida la colocó inmediatamente como favorita. Egresada de las mejores universidades. Con dominio de los 3 idiomas donde tiene actividad comercial la empresa. Y una enorme lista de recomendaciones en su página de LinkedIn. Las palabras más frecuentes fueron “responsable”, “eficiente”, “proactiva”, “líder”.

En medio de las actividades de incorporación y capacitación, Karina olvidó que su hijo Martín de 8 años, le había dicho que se le habían acabado los lápices. Un recordatorio de él por teléfono le hace darse cuenta casi a la hora de salida. Así que decide pasar por el depósito de papelería y tomar un lápiz.

Ese mismo día Mónica, la secretaria del departamento de tecnología, quien lleva 8 años trabajando en la empresa, se recuerda que la maestra de su hija, que está en pre-escolar, le envió una nota solicitándole un lápiz nuevo para su hija, ya que en las reservas de lápices para los niños ya no quedan suficiente. Mónica decide quedarse en la oficina media hora más, y antes de irse pasa por el depósito de papelería del departamento para tomar el lápiz que la maestra de su hija le pidió.

Tanto Karina como Mónica van cada una en tren a su casa al final de la jornada de trabajo. Ambas leyendo el periódico del día para hacer tiempo mientras llegan. La portada del noticiero hablaba de una denuncia a un importante político. Quien había recibido un vehículo de regalo por haber apoyado en la aprobación de una ley que favorecía a la industria farmacéutica.

Tanto Karina como Mónica suspiran y piensan: “El mundo está lleno de gente deshonesta, ya no se puede confiar en nadie”

El mundo gris de la honestidad

 

La historia anterior nos pone de frente ante un patrón de comportamiento que todos repudiamos, pero que igualmente ejercemos. Que es la deshonestidad en nuestras acciones.

Para el especialista en economía del comportamiento Dan Ariely, este es un tema de cada día. Advierte que la deshonestidad es un ligero juego interior donde se cruza por milisegundos una línea que traza lo permitido. Pero, que hacemos de una manera que aún nos permita vernos ante el espejo como honestos.

La deshonestidad

 

El problema de la deshonestidad no está en función a grandes desfalcos ni a robos a mano armada. Sino a la sistematización de pequeños actos y medias verdades que poco a poco se van convirtiendo en una bola de nieve hasta que la autoimagen se ve afectada (como le pasó al político). La deshonestidad empieza en nosotros. En la simple decisión de conveniencia que tomamos en un momento de estrés y que tiene que ver con la esencia humana. Si, está demostrado que todos somos o hemos sido en algún momento deshonestos.

En las pruebas que se han realizado en el estudio de la honestidad, se ha encontrado que los códigos morales visibles en espacios comunes nos ayudan como forma de reducirlo. Los rituales sin aparente valor como el juramento de un ateo ante una biblia, genera una drástica disminución en el comportamiento deshonesto. Así como la existencia de imágenes de una persona de autoridad que te mira de frente puede generar la obediencia inconscientemente. La sensación de estar siendo vigilados disminuye nuestros impulsos.

Comprender para trascender

 

Sabernos humanos en proceso de aprendizaje es una de las tareas más importantes que debemos abrazar en esta existencia. Comprender el comportamiento básico, ese que proviene de la biología y la cultura, es tarea fundamental de autoconocimiento para poder hacer elecciones conscientes y tomar decisiones congruentes.

A lo largo de mi vida he visto historias de lápices e historias de autos regalados. También he visto cómo una persona mueve esa línea gris de la honestidad a conveniencia pero a su vez es implacable con la línea gris del otro. Mi trabajo a lo largo de la vida ha sido detectar incongruencias, tanto propias como de otros. Y al final te puedo decir que la deshonestidad se convierte en esa pequeña dosis de droga que te hace adicto y te lleva a la tumba si no lo controlas. Es el trabajo de tu esencia sobre tu impulso humano.

Recuerda que no se trata solamente colocar en tu hoja de vida que eres, sino también comprometerte a hacerlo. Es poco sexy pero muy fructífero el trabajo de labor familiar, social y nacional de la honestidad, que parte desde ti mismo. Está bien ser intolerante hacia la deshonestidad ajena, pero también hacia la tuya propia.

Como dice Dan Ariely en su documental (Dis)Honesty Project: “La deshonestidad no se trata de ser malo, se trata de ser humano”… y es tu responsabilidad personal trascenderlo.

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Escrito por

Joselyn Quintero

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Asesora Financiera con especialización en Psicología Financiera y Neuroeconomía. Creadora de ArmoníaF y Mandala de Negocios. Convirtiendo el dinero en una herramienta de bondad y amor para el bienestar del mundo.

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