En estos meses de confinamiento, he podido comprender tantas cosas. Recuerdo en días pasados que mis nietos y yo dialogábamos y surgió la remembranza de nuestros últimos paseos. Surgió el recuerdo de un viaje maravilloso.
Recuerdo el brillo en sus ojos, y también su respiración un poco acelerada. Sé que había añoranza, pero eso me permitió reforzar mi creencia de que la felicidad es una actitud ante lo que ocurre. Por lo tanto, está dentro de cada uno de nosotros.
La felicidad es la suma de nuestras maneras de percibir lo que nos ocurre, y que nos produce paz, sea lo que sea haya ocurrido.
El viaje maravilloso
Los niños recuerdan muy particularmente, cuanto la camioneta se accidentó y tuvimos que subirnos en una grúa. Solo estábamos los tres, en plena carretera trasandina sin señal en el celular.
Recuerdo haberles invitado a visitar a la abuelita, mi mamá. Les dije que iríamos los tres mosqueteros a hacer turismo de aventura, tal cual, así ocurrió.
En medio de esa situación embarazosa, recordé mis palabras. Y en voz alta, les dije:
– Estamos haciendo turismo de aventura.
Nos divertimos mucho, mientras nos conducían a lugar seguro para pasar la noche. Decidimos como responder ante los acontecimientos que nos rodean. O respondemos, o reaccionamos. La primera nos conduce a sentirnos en paz, sabiendo que eso es lo que está ocurriendo en el momento presente. Como dicen algunos estudiosos, vivir el ahora. La segunda nos lleva al caos, la frustración y la desdicha.
Allí no terminó nuestra aventura. De regreso, nuestro medio de transporte se volvió a indisponer. Pero, con la Gracia de Dios conseguimos dos amables señores. Su vehículo tenía el mismo desperfecto que nuestra camioneta, nos cuidaron en medio de la vía. Luego apareció una grúa de vehículos que nos ofreció llevarnos a lugar seguro sin ningún costo.
Recuerdo haberles dicho a mis nietos, ¡tranquilos niños, Dios sabrá lo que hará con nosotros! Él nos pondrá un ángel guardián para que nos socorra. No fue uno sino tres ángeles que nos acompañaron hasta el fin de nuestro viaje.
Créanme, yo estaba tan segura de que todo saldría bien, y disfruté junto a mis nietos del turismo de aventura.
La felicidad es una consecuencia de tus percepciones y de tus creencias. Es tu decisión. Un viaje maravilloso.
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Vídeo ¿Se puede aprender a ser feliz?
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