No hace falta entrar en las capas más profundas de la neurociencia, para darnos cuenta que nos duele soltar el dinero. Ya sea a través de compras de productos, de pagos por servicios, de pagos de impuestos e incluso de entregarlo durante un robo, el dar dinero duele. En esta oportunidad hablaremos del motivo por el cual no llega el dinero que te mereces, sea poco o sea mucho.
Prosperidad: Lo que tienes
La primera señal que vamos a evaluar, está en la forma como te relacionas con lo que tienes. Si creciste en un entorno donde nunca nada era suficiente, seguro aún sigues pensando que no tienes suficiente. ¡Y ojo! Esto no tiene nada que ver con la cantidad, sino con la relación. Te voy a poner un buen ejemplo.
Si ves a los niños pequeños recibir un regalo, el niño recibe todo con alegría y juega sin poner juicios. Le da lo mismo jugar con el juguete, que jugar con la caja del juguete. Los niños no evalúan por precio ni por marca, por eso son prósperos siempre.
Ahora revisa tu relación con lo que tienes hoy y pregúntate, ¿realmente estoy utilizando todo lo que tengo? ¿O compro y guardo para después? ¿Estoy viviendo con alegría mi mundo actual? ¿O estoy en la ansiedad de lo que no tengo? ¿Compro por función o por marca?
Alegría: Lo que quieres
La segunda señal que vamos a evaluar, es cómo vives emocionalmente eso que aún no tienes. En mi caso, crecí en un entorno donde mi mamá me repetía: “te doy lo que necesito y tú luego te darás lo que quieres”. Esto generó en mí una mentalidad de abundancia. Aprendí que lo que tengo hoy es limitado, pero lo que está disponible para mí allá afuera era prácticamente infinito. ¡Y está esperando por mí!
Si volvemos al ejemplo de los niños, te darás cuenta que muchos de ellos hacen sus cartas o peticiones en épocas navideñas o en fechas cercanas a sus cumpleaños. No lo hacen desde la queja, ni desde la pena. Al contrario, lo hacen con alegría e ilusión, casi que contando los días para recibir eso que saben que llegará.
Ahora revisa tu relación con lo que quieres. Observa si lo que quieres está asociado a angustia, a desesperación. O a la injusticia, al vacío interno o la mendicidad. Si es así, es momento de elegir la alegría como la emoción “polarizada” que atrae eso que quieres. No necesitas ponerle fecha a la divinidad, pero confía en que llegará eso, o algo mejor.
Cómo atraer dinero
Si ya sabes que los niños disfrutan de lo que tienen y piden con alegría, entonces es muy poco lo que tengo que enseñarte acerca del dinero en este aspecto. El dinero llega a donde se le da la bienvenida, no donde se le espera con un látigo en la mano o donde se le recibe con lástima.
Por eso insistimos tanto en vivir el dinero como si fuese uno de tus mejores amigos, porque solo así podrás recibirlo con alegría y despedirlo con gratitud. Solo así vendrá con más amigos iguales, más dinero, sabiendo que son bienvenidos y se pasarán un rato agradable en tu billetera o unas buenas vacaciones en tu cuenta bancaria. Dinero llama dinero… ¡y le cuenta cómo lo tratas!
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