Justo en el artículo anterior respecto a “La Pareja y el Poder”, te hablaba de equilibrio. En ese sentido, tener en cuenta a los principios femenino y masculino. Y que a través de su energía se convierten en poderosos recursos internos para lograrlo. Sin lugar a dudas, es algo digno de considerar.
La energía femenina y masculina, desde mi punto de vista, nos recuerda la importancia de tener presente que desde la polaridad surge la complementariedad. Y solo cuando tomamos en cuenta a ambas energías, es que podemos aprovechar nuestro mayor potencial creador.
Ahora bien, necesitamos estar conscientes de que la energía femenina y masculina, existe, tanto en el hombre como en la mujer. Y que en la mujer tiende a predominar la energía femenina y en el hombre, la energía masculina. El reto que tendremos cada cual para alcanzar el equilibrio, será justamente, el de incluir aquellos elementos o cualidades que en alguna medida nos faltan. Esto respecto a la energía menos predominante en nosotros, tanto a nivel personal, como a nivel de la relación de pareja.
Energía Femenina y Masculina
Intentando hacer más claro lo anterior, consideremos el siguiente ejemplo. La energía masculina predomine mostrando su característica o cualidad racional. Cuando predomina, se invita a incluir la característica o cualidad femenina de lo emocional. Esto para que ambas logren integrarse y dar lugar al equilibrio. O bien, si la energía masculina, se centra en el objetivo, identificando, por ejemplo, con precisión el problema que hay que resolver, la energía femenina, centrándose en el proceso podrá brindar ideas, intuición y paciencia para su solución. Logrando a través de dicho equilibrio, potencializar su poder creador, como ya lo había mencionado.
Por tanto, recomiendo aceptar, honrar y respetar las diferencias a través de la conexión, conocimiento, comprensión y respeto. Ya sea en uno mismo o en el otro (en la pareja, por ejemplo). Desde mi punto de vista, esto forma parte esencial para lograr alcanzar y mantener el equilibrio entre la energía femenina y masculina que habita en nuestro interior. Y que está presente de forma muy clara en las relaciones de pareja.