Voy a hacerte una invitación. Soy consciente de lo valioso que es tu tiempo. Te pido que cierres un momento los ojos y haz una respiración profunda. Inhala lento y suave, exhala lento y suave, y luego abre los ojos. Hoy, expande tu sororidad
Has tomado conciencia de la respiración. Prepara tu mente y tu espíritu para sentir lo que quiero trasmitir en estas palabras.
Hace algunos años me dedico al bienestar consciente. A través de la conexión cuerpo mente y espíritu todo esto a través del yoga.
Esto me ha permitido conectar con una hermandad de mujeres que buscan y desean expandir su potencial desde la dulzura, el amor, desde un lugar de empoderamiento junto con otras mujeres.
Sin embargo, corren tiempos dónde las prisas, lo urgente, la inmediatez está servida como plato fuerte del día. Donde muchas veces nos perdemos cómo seres humanos sumergidos en nuestra propia cotidianidad.
Es entonces, cuando a través del yoga he descubierto que las mujeres nos unimos en hermandad para sostenernos. En los instantes de quietud, serenidad y silencio es cuando nos permitimos soltarnos. Es allí dónde la solidaridad de las mujeres nos permite sostenernos. También surge la conexión, el reconocimiento de la una en la otra. Sobre todo, aflora la capacidad que tenemos de sostenernos que nos permite encontrar paz.
Expande tu sororidad
Ahora bien, tú y yo tenemos una gran labor, metafórica y literalmente. Necesitamos seguir reflexionando, creciendo, compartiendo experiencias, expresando vivencias y preocupaciones. Se trata de expandir la solidaridad entre hermanas, entre las mujeres que somos.
Presta mucha atención a estas palabras, alinea tu cuerpo. Imagina en este momento que desde la coronilla de tu cabeza sale un hilo imaginario que te estira hacia arriba. Que desde tus pies salen unas raíces profundas y tú eres un canal conductor entre lo terrenal y la consciencia superior.
Lleva tus manos al pecho y siente ese espacio interior, cálido, lleno de amor. Conecta en este instante con todas aquellas mujeres que se han cruzado la última semana contigo. Recuerda sus miradas, palabras, y simplemente siente, experimenta, revive el apoyo, el sostén, la solidaridad del tiempo y espacio que te dedicaron. Agradece, honra y bendice como la unión de esas mujeres te nutre, eleva, sana y te da bienestar. Así como a la vez te regala la oportunidad de devolver todo aquello que sientes y experimentas gracias a la sororidad.
Yo misma desde la práctica del yoga, guiando y acompañando a otras mujeres he experimentado momentos únicos e irrepetibles. Desde el altruismo, el amor y la compasión que todas somos una y desde la unidad creamos una sociedad con valores más humanos.
Ahora es tu turno, ¿de qué manera canalizas la energía que expande tu sororidad?
Ver también El retorno de la mujer sagrada
Vídeo ¿Qué es la sororidad?
Ysabel Viloria