¿Haces lo que sea por dinero?

No podemos negar la cultura consumista que rige al mundo. Sin importar la ubicación geográfica y las características del entorno, el extremo valor que se le da al dinero es innegable. Al punto de que se asocia con poder y se ha usado para justificar acciones autoritarias, sólo para gozar del privilegio de ser reconocido y admirado. Vale preguntarte a ti, ¿Haces lo que sea por dinero?

Esta puede ser una pregunta reflexiva para sacar a la luz creencias y valores respecto al tema. Puede que hasta active tu temor a la respuesta. En algunos contextos decir sí es sinónimo de avaricia y egoísmo. Aquellos que dicen que no, pueden ser juzgados como altruistas sacrificados para parecer buenos. Lo que nos interesa es tu respuesta y si tienes dificultad para contestarla, te daremos unas sugerencias para lograrlo.

Para descubrir si eres una persona que haces lo que sea por dinero, te planteamos varias situaciones de contradicción usualmente observables presentes en el manejo de las finanzas personales. Aclaramos, esto nos es un juicio. La vida no tiene buenos y malos. Tan sólo existen decisiones y consecuencias. Esto te lo recordamos, primero para ayudarte con la incomodidad que genera la auto exploración. Segundo, para que reflexiones acerca de ti misma. La mayor riqueza está dentro de ti y por eso te ayudamos a que tus decisiones tengan como propósito construir bienestar propio, lo que a su vez traerá beneficio a quienes te rodean. Ante cada propuesta, te toca a ti observar, analizar y sacar las conclusiones respecto a tus preferencias y necesidades.

Sientes culpa por tus placeres

Si eres una persona que disfruta las comodidades que se pueden comprar con dinero, pero que duda admitir lo que le gusta para no ser juzgada como ambiciosa o arrogante, estás en guerra contigo misma. Este estado emocional no puede sino llevarte a decisiones erráticas en momentos de abundancia o de escasez. Sin un propósito claro, puedes llegar a elegir el derroche si tienes suficiente dinero o hacer cosas a cambio de muy poco para obtenerlo. Construye un criterio que te permita sentirte a gusto con tu aprecio por el dinero sin entrar en guerra con tus valores.

Sobreestimas el concepto de productividad

Cuando ser productiva significa que tienes que sacrificar tu descanso, esparcimiento o aquello que te gusta hacer, pero que no te hace ganar dinero, detente. Podrás tener todo lo que deseas comprar, pero la satisfacción personal no la venden en las tiendas. Evita sacrificar tus momentos simples de disfrute por acumular capital. Saber reconocer el momento para atender cada necesidad es una habilidad que te ayudará a sentirte a gusto contigo misma.

Te sientes insuficiente

Pensar que nunca tienes suficiente dinero para disfrutar de una vida digna, ayudará a que caigas en estafas. La sensación de no tener suficiente o pensar que está en peligro tu sustento diario, suele llevarte a acciones que complican tu situación financiera. La desesperación y el miedo por lo que no puedes controlar puede disparar conductas irracionales. Para hallar la salida en situaciones difíciles, necesitas prepararte. No esperes por una solución mágica. Desarrolla habilidades que te permitan acceder a mejores recursos.

Dependes de la aprobación ajena

Si tu identidad está construida por lo que piensen los demás, tus decisiones serán tan cambiantes como la opinión ajena. Aunque sueñes con complacer a todos, es imposible lograrlo. Si te cuesta satisfacer tus propios deseos, como esperas satisfacer los deseos de los demás. Estar siempre disponible o ayudar a otros mientras te sacrificas, no hará que te quieran más. Al contrario, agotará tus recursos, y entrarás en deuda contigo misma en lo material y lo emocional.

No eres un títere del dinero. Este existe como herramienta no como un dios al que debes rendirle tributo. Define tus valores de manera tal que, tener dinero te permita construir una vida de riqueza y bienestar, tanto interno como externo.

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