La vida está llena de experiencias que desafían nuestra manera de pensar. Cada día tomamos muchas decisiones. Todo cambia, todo pasa. Nos tropezamos con resultados no deseados. Sin embargo, la esperanza de volver a elegir nos ayuda a deshacer cualquier error.
Sin darnos cuenta existimos en un bucle de repetición en donde el pasado y el futuro se vuelven lo mismo. Aunque esto no tiene que ser así, en la práctica somos prisioneras de nuestra manera de pensar. Y hasta que no consideremos buscar en nuestro interior las causas del conflicto, aunque cambie la forma de lo que elijamos, la consecuencia siempre será la misma.
Tal perspectiva es aterradora. Es como si alguien dirigiera nuestras vidas. Tal vez en algún momento habrás pensado que algo más grande que tú te domina y te arrastra al desastre. Esa energía misteriosa que te absorbe se trata de todo lo que desconoces que forma parte de ti.
Esto incluye creencias, tradiciones, los efectos de algún trauma y las heridas emocionales que nos acompañan. Todos llevamos un saco que nos agobia y que por miedo no nos atrevemos a abrir para ver que podemos sacar de ahí.
Tal proceso de revisión interior suele iniciar cuando queremos cambiar algo en nuestras vidas. Sin embargo, su propósito no es que las cosas externas cambien, sino que alcancemos la conciencia para vivir mejor.
Pero lo que suele suceder, no es un deseo apasionado por alcanzar la conciencia. Más bien cada quien está atrapado en sus propios conflictos. Quizás se trate de una rutina aburrida, hostil o agobiante. O tal vez lo que nos perturba es estar en la lucha constante.
En el momento que lo que se repite en nuestras vidas es reconocido como algo que ya no funciona, es que surge la necesidad de explorar nuevas opciones. Esto con frecuencia viene acompañado de una gran crisis, alguna pérdida dolorosa o un cuestionamiento profundo acerca del significado de la vida.
La esperanza de volver a elegir
Para volver a elegir y permitirnos construir una mejor historia de vida necesitamos lo siguiente:
1. Aprender a explorar nuestro mundo interior. Esto implica diferenciar emociones de pensamientos. Aprender a permitir cada emoción. Comprender la diferencia entre las necesidades materiales y las necesidades emocionales. Hay muchas maneras de lograr este proceso. Indaga en cuál es la opción más accesible para ti.
2. Conocer la diferencia entre lo útil y lo inútil. Cuando aprendemos a revisar nuestra vida, es común descubrir que estamos envueltas en situaciones sin sentido. Tal vez se trate de estar atrapada en un clima laboral agobiante. Estar en una relación de codependencia. O darnos cuenta de que vivimos sin límites saludables y cualquiera piensa que nos puede atropellar. Al especificar lo que ocurre podremos preguntarnos si eso es lo que queremos que siga en nuestras vidas.
3. Ser valiente. Romper patrones genera un camino lleno de conflictos y contradicciones. Nos vamos a sentir culpables y avergonzadas por alejarnos de lo que nos ha dado cobijo tanto tiempo. Nos costará descubrir lo que queremos en realidad. Por algún tiempo nos dominarán los resentimientos. Si logramos respetar lo que surja y encontramos un espacio de confianza y tranquilidad para sanar, saldremos fortalecidas y revitalizadas de nuestro conflicto.
La esperanza de volver a elegir radica en desarrollar la conciencia. Esto se debe a que quien sabe lo que elige y los efectos de sus decisiones, puede darse cuenta cuando se aleja de su paz mental. Conviértete en tu verdadera prioridad.
Lourdes Tagliaferro
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