Es una norma de cortesía dar las gracias por algo que recibimos, bien sea material o inmaterial. Como cuando te desean salud si estornudas. Pero, ¿realmente somos conscientes del poder de permanecer en estado de gratitud en nuestras vidas?
En un estudio realizado por los reconocidos psicólogos R. Emmons y M. McCullough, corroboraron que las personas agradecidas enferman con menos frecuencia. Duermen mejor, tienen más energía y concentración, entre otros beneficios. Sin embargo, esto es solo una pequeña parte de las ventajas de estar en estado de gratitud.
La gratitud es el lenguaje secreto del universo
La Real Academia Española define gratitud como el “sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho”. Y justamente es esto de estimar lo que han hecho por nosotros. Lo que lo convierte en el código secreto en el que le comunicas al universo que valoras lo que hace por ti, y éste se dispone a ofrecerte más.
Y cuando digo más, me refiero en todas las áreas de tu vida, incluido el dinero. Si tú aprecias y valoras las infinitas posibilidades que representa una moneda en tu vida, agradeces por ella y la cuidas amorosamente. Entonces, el universo sabrá que también te puede confiar diez, cien, mil, un millón o más.
Ya te he dicho antes que los niños aprenden más con nuestro ejemplo que con lo que nos oyen decir. Así que te preguntarás ¿cómo cultivo la gratitud en mi vida para que mis hijos la cultiven en la de ellos?
Dale la bienvenida en tu vida a la Gratitud Consciente
El maravilloso Wayner Dyer, nos guía para practicar la gratitud de forma consciente, te voy a compartir 4 formas de lograrlo.
- Dejar de dar las cosas por sentado: Agradece por las personas con quienes compartes todos los días. Por quien prepare tu comida (bien sea tu esposa/o o el cocinero del restaurant donde fuiste). También por cada pequeño detalle que creas cotidiano y ordinario, seguramente a otro eso le es algo extraordinario.
- Dejar de criticar: Dyer decía que, si estás criticando, estás dejando de valorar. Por ende, no puedes estar agradecido por las oportunidades de crecimiento que te está brindando esa persona o situación en particular.
- No te quejes: En su lugar sugería que te esfuerces en decir algo que refleje tu búsqueda de amor en el otro. Yo desde hace algún tiempo he tratado de sustituir directamente la queja por la palabra gracias. Cuando siento ganas de quejarme o cuando me sorprendo haciéndolo directamente, inmediatamente digo Gracias Dios por esto.
- Dar las gracias cada noche y cada mañana: En la mañana por despertar y por el día que te espera. También en la noche por cada cosa vivida ese día.
Ahora sabes el poder de la gratitud y cómo practicarlo en tu vida. Tendrás la tranquilidad al estar disipando en tu hijo la idea de que no es suficiente o no tiene lo suficiente. Pues crecerá sabiendo que todas las situaciones agradables o no, son igual de valiosas en su proceso de aprendizaje.
Y para practicar mi gratitud contigo te digo ¡GRACIAS! Por tu tiempo, por leernos, acompañarnos durante todo este año. Sin ti esta publicación no tendría sentido.
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