¡Vaya días los que tuvimos las últimas semanas! Era el comentario que le hacía una señora a su compañera de viaje. Lo escuché mientras me trasladaba en transporte público.
Se quejaban de que todo era un caos y mucho trabajo agotador. Sin un respiro de descanso. Decían: «nuestras vidas se han convertido en un trabajar permanente tan solo para comer».
Mientras yo les escuchaba, mi mente iba organizando ideas. Especialmente sobre cómo hacer el siguiente fin de semana de disfrute. Tener un ameno compartir y de diversión junto a mi hija y mis nietos.
La mayoría de las veces vamos a parques al aire libre. Allí los pequeños liberan su potencial. También disfrutamos y respetamos la naturaleza y yo leo algo que me nutra.
Es común observar algunas personas que no valoran estos ratos de esparcimiento y recreación. Que son saludables para nuestro bienestar en general. Por el contrario, son catalogados como pérdida de tiempo.
La necesidad de sentirse mejor
El cuerpo, la mente y el espíritu se nutren con actividades que generan vitalidad. No son opcionales. Mas bien, son necesarios para el fortalecimiento y el desarrollo saludable de nuestro templo sagrado.
Además, hacer de nuestro trabajo diario un lugar placentero contribuye a ese enriquecimiento. Adoptar la mejor postura ante las horas laborales, hace que sea más satisfactorio el trabajo. Lo cual permite expandir los espacios de bienestar incluso en los momentos de faena diaria.
Generar estados de conciencia en tu diario andar ayuda a comprender si se está en momentos de bienestar o no. De tal manera, que se puedan propiciar e incluir dentro de las planificaciones de la cotidianidad.
Son varias las actividades que se pueden incluir. Tales como aprender a convivir con el entorno. Quizás compartir saludablemente con las personas que te rodean. También leer un libro o ver una película que deje buenas enseñanzas. Buscar las maneras para estimular la creatividad, son actividades que proporcionan bienestar.
Siempre habrá un espacio, un momento y una maravillosa oportunidad de hacer de tu vida un estado de bienestar que te conduzca a la paz y la felicidad.
¡Aprovéchala!