la productividad no se aprende

La Productividad no se aprende, aparece

ArmoníaF Team Mirando en tu Interior Leave a Comment

La productividad no se aprende. Hace varios años, cuando aún estaba intentando levantar mi negocio online, me sentía como una mujer muy trabajadora pero poco productiva. La visión que tenía de mí misma era la de una mujer lenta, desorganizada, a quién le costaba mucho concentrarse y planificar.

Lo peor es que esas creencias que arrojaba sobre mi persona estaban fundamentadas en el día a día. Claro que sacaba mi trabajo adelante, pero lo hacía a costa de trabajar muchas horas. Robándome horas de sueño y dejando de salir a pasear o disfrutar.

Cuando estaba casada pensaba que el problema era el tiempo. Algo muy normal cuando tienes dos hijos pequeños que cuidar, una casa que limpiar, un marido que «atender» y otros compromisos que aparecen por el camino.

Con esa situación, cuando encontraba algo de tiempo para mi proyecto estaba agotada y el nivel de productividad era casi nulo. Realmente era una situación agotadora y frustrante y daba por sentado que no podía ser de otra forma hasta que mis hijos crecieran.

Lo curioso fue al divorciarme. De repente me encuentro con custodia compartida y 15 días al mes (en semanas alternas) sin mis hijos ni nadie más a quién atender o cuidar.

A nivel emocional te puedes imaginar el vacío que sentí, pero con respecto a mis obligaciones como ama de casa todo se paralizó. Ahora limpiaba y nadie ensuciaba. Ordenaba y nadie desordenaba. Hiciera lo que hiciera todo se mantenía en su sitio durante una semana.

Imagínate las expectativas que se generaron en mí con respecto a mi emprendimiento. Pensaba, «ahora con tanto tiempo libre haré todo lo que quiera o necesite, y avanzaré como nunca me había imaginado».

Sin embargo, la realidad fue muy distinta. Las horas pasaban y cuanto más trabajaba menos avanzaba. Las inseguridades, los miedos y los sabotajes empezaron a aparecer. Y lo que pintaba como un oasis de tiempo y productividad se convirtió en una cárcel sin paredes.

La productividad no se aprende

 

Ahí fue cuando empecé a entender que las únicas barreras estaban dentro de mí. Mi productividad no dependía del tiempo, ni de mis hijos, ni de las obligaciones, ni de los distractores externos, ni de la falta de organización.

Lo vi claramente, pero aun así no podía cambiarlo o impedirlo. Y eso era algo que me angustiaba y me frustraba mucho. Sin embargo, a punto de tirar la toalla, algo pasó.

Afortunadamente empecé a descubrir y trabajar todo el mundo emocional que había dentro de mí. Y a medida que iba desbloqueando y liberando conflictos internos todo se iba colocando afuera.

La capacidad de concentración, de planificar, de trabajar en equipo o incluso de aumentar mis ingresos, todo se fue acomodando de forma progresiva, natural y sin esfuerzo. Fue como soltarle la cuerda a un pajarito y verlo volar porque es lo que sabe hacer.

Y claro que toda la parte mental es necesaria, pero debes buscar el equilibrio. Por muy bien que sepas organizarte o planificar. Si hay conflictos emocionales que te lo impiden, jamás serás productivo.

Definitivamente, hoy te puedo decir por experiencia propia que la productividad no se aprende, sino que aparece. Como todos tus talentos y habilidades, cuando trabajas de adentro hacia afuera.

Debes buscar el equilibrio, pues por muy bien que sepas organizarte, si hay conflictos emocionales que te lo impiden, jamás serás productivo.

Escrito por

¿Quieres la Revista ArmoníaF?

Más de 3.000 personas reciben cada mes nuestra revista digital totalmente gratis. Recíbela tu también, por email y sin importar donde vivas. Puedes tener la primera hoy mismo: