Crear un negocio es una carrera de resistencia, no una lámpara mágica. Por mucho que nos contemos historias acerca de lo felices que seríamos si tuviéramos un negocio, la realidad es que muchos han conseguidos en el negocios de sus sueños la jaula de sus pesadillas. Para que no te pase lo mismo, aquí te compartiré 3 ladrones de felicidad que te puedes conseguir en tus negocios, y cómo evitarlos.
1. Excluirte del presupuesto
El requisito fundamental para iniciar un negocio es el entusiasmo, pero también la cordura. Con frecuencia, los emprendedores inician sus proyectos con más ideas que números, hasta que los números se convierten en el dolor de cabeza. En este caso no hablamos de la luz, ni el teléfono ni el internet. Hablamos de tu salario, ese que te permitirá producir con tranquilidad, sin importar como vayan las cosas.
Si vas a auto-explotarte, mejor quédate como empleado. Es importante que el flujo de caja y el presupuesto del negocio, tú aparezcas allí con tu sueldo justo. Tal como lo harías por cualquier otro empleado. Nunca pondrás poner tu mejor energía a tu negocio, si decides trabajar desde la carencia personal o el sacrificio.
2. Aceptar a cualquier cliente
Cuando iniciamos un negocio, celebramos a quienes confían en nosotros. Pero, no todos son confiables para ti. Aceptar a los clientes por su dinero y no por su buena vibra, es envenenar energéticamente tu negocio. Hazte un favor: profundiza muy bien en el perfil de tu cliente ideal, tu buyer persona o tu avatar del negocio.
Elimina de tu negocio a los controladores, los inseguros, los desesperados y los avaros. Todas estas personas literalmente te van a ahogar con su mala vibra, inoculándote un cáncer de infelicidad que luego terminarás por esparcir en toda tu cartera de clientes. Elige temprano y corta en lo sano y si tienes hoy un mal cliente, vuelve a elegir.
3. Cargarte con todo el negocio
Muchos venimos de ser los más trabajadores de la empresa. Sin ir muy lejos, hay personas que hasta se sienten culpables de tomar vacaciones. Esa creencia de indispensable debes trabajarla desde el inicio del negocio, porque fundamentalmente eres humano, no máquina.
Si algún santo grial me traje del mundo corporativo, fue la idea de que los negocios crecen por las personas, los sistemas de trabajo y la gestión financiera. Mi tarea en ArmoníaF es estructurar procesos de trabajo que, una vez los entiendo, los delego. Es tal cual el sistema de trabajo de los panales de abejas, donde la abeja reina se dedica a una sola cosa clave. Luego toda la colmena pone sus talentos naturales para el éxito de todos.
Como todas las relaciones humanas, las laborales con nuestro negocio requieren límites sanos. Desde el mismo plan de negocios ya debes incluir al menos un asistente para el primer año en caso de que sean servicios profesionales (coaching, consultas, asesorías). Y los que se necesiten en casos de negocios establecidos (agencias, plataformas, negocios locales). Los superhéroes son ficción, no tienes que ser uno de ellos. Nadie pide tanto de ti.
Todos tenemos derecho a tener un negocio que sea la expresión misma de nuestra alma. Así que es importante prestar atención a nuestras sombras, para que éstas no les roben la luz a nuestros negocios. Haz algo que realmente te haga feliz. Que tu único trabajo personal sea incorporar la creencia de que lo más espiritual que puedes hacer por ti, es ganar dinero haciendo algo que te encante.
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