Son muchas las personas que logran ahorrar dinero. Pero son pocas las que mantienen intactos sus ahorros. Pareciera que los imprevistos fueran un peligro al momento de conservar el dinero acumulado. Para ayudarte, te ofrecemos tres consejos para que examines mejor tu decisión de gastar lo que ya has ahorrado.
Postergar el momento de compra
Las compras impulsivas se definen por un deseo irracional por adquirir algo y no saber para qué. Usualmente son cosas que emocionan durante cinco minutos y luego terminan en un rincón de nuestra casa por no ser útil.
Así que, ante un deseo es un buen ejercicio postergar la compra por un tiempo. Mientras más costoso sea lo que quieres comprar, haz una pausa más larga. De esta manera podrás aclarar la verdadera importancia de adquirir eso. Pregúntate cuánto lo vas a usar, sirve para todos los días o es para ser usado con poca frecuencia.
Esto con el fin de evitar que la decisión esté basada en un impulso irracional, que usualmente trae arrepentimientos y sentimientos de culpa. No dejes que los arrebatos sin sentido destruyan tu confianza y tranquilidad.
Usar cuentas separadas para guardar el dinero
Otra herramienta que ayuda a que mantengas intactos tus ahorros es guardar el dinero en una cuenta separada a la que usas habitualmente. De esta manera haces una marcada diferencia entre tu dinero disponible y tus ahorros.
Así podrás tener un mejor control de gastos y mantener a raya la tentación de comprar solo por tener dinero disponible en tu cuenta. No temas de usar todo lo que esté a tu alcance para alcanzar tu objetivo de ahorrar.
Mejorar el criterio de tus decisiones
Seguimos insistiendo en que es importante decidir en función de la utilidad, la necesidad o la importancia del artículo, en vez de impulsos o deseos. Suena más fácil decirlo que hacerlo. Todas las personas tomamos decisiones inconscientemente. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así.
También podemos aprender a discernir para qué hacemos las cosas. Ninguno de estos consejos son soluciones mágicas. De ti depende probar las opciones que tienes y elegir cuál es la que más te beneficia. Piensa en tu alivio y tranquilidad cada vez que tomes una decisión. No solo al momento de ejecutarla, también considera las consecuencias a lo largo del tiempo.
Recuerda que no es un deber gastar el dinero que tienes ahorrado. Usa tus recursos para construir lo que te proporcione disfrute, tranquilidad y bienestar. Haz posible mantener intactos tus ahorros.
Ver también Cómo convertir el ahorro en un hábito
Vídeo Una nueva relación con el dinero – El ahorro
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