¿Es que no sé qué me pasa? Con mucha frecuencia quiero hacer las cosas y me paralizo. Era la conversación que tenían mi amiga Martha y Raquel. En ese momento llegué y me sentí plenamente identificada con el comentario. Yo viví por largos años esa misma situación, entonces le sugerí que aprendiera el arte de hacer consciente los miedos.
Durante muchos años los deseos de hacer cosas se quedaron en eso, en deseos. Luego la sensación de frustración me invadía y detrás de ello la merma en mi autoestima. La imaginación volaba cual águila en el risco de la montaña. Sin embargo, al momento de tomar acciones me detenía.
No obstante y gracias a la Divinidad tropecé con mis ángeles de la guarda. Aunque al principio sentía mucha crueldad de su parte por la rudeza de sus palabras. Hoy en total agradecimiento hacia ellos, puedo decirles que aprendí a reconocer mis miedos, a decirlos al viento: ¡esta situación o esta persona me genera miedo!
No fue fácil admitirlo, pues mis creencias me decían que eso era un acto de menoscabo para mi integridad. Cuán lejos de la realidad estaba. Por desconocimiento, mi negación era lo que más me hacía daño. Hoy estoy más consciente que antes de ello, mucho más.
Sigo viviendo episodios de miedo, es una emoción básica de cualquier ser humano. Como tal siempre estará presente cuando considere que una situación me genera peligro.
Sin embargo reconocerlo ha sido la piedra angular, aceptarlo ha sido otro gran paso y luego la pregunta mágica que me acompaña desde entonces:
¿Qué vas a hacer con este miedo?
Hacerme consciente de mis miedos ha sido la mayor bendición que he podido vivir en los últimos tiempos. En cada momento que me permito responder esa pregunta descubro que también tengo dentro de mí, mis herramientas para hacer del miedo el mayor de mis aliados.
El proceso no es mágico, pero una vez que lo asumo con la convicción de que cada evento que involucra mi emocionalidad desde el miedo, implica la negación de una acción, es cuanto mayor empeño pongo para superarlo.
Comprender esa situación me ha llevado al siguiente nivel ¿qué hay detrás de este miedo? Es allí donde comienzo a desglosar los obstáculos que por lo general son mentales, los que me impiden tomar la acción para vencerlo.
Tomar acción, es moverme. Significa que alisto el abanico de posibilidades que me conducen a afrontarlo. Algunos miedos son más sencillos de superar que otros, en estos casos requiero de muy poca acción inicial para hacerlo mi mejor amigo. En otras situaciones he asumido con calma que requiero de mayor voluntad y constancia para sumar acciones pequeñas.
Cada paso que doy, venciendo miedos me hacen sentir más segura, y he reconocido así mismo, cuánto potencial hay dentro de mí. Descubro cada día mis fortalezas, mis talentos y habilidades.
Nunca es tarde para hacernos conscientes de nuestros miedos. Hoy día estoy haciendo cosas que por mucho tiempo ardía en deseos de hacerlo, las estoy materializando y se siente muy bien.