Recuerdo a Alejandro mi compañero de clases del cuarto grado. La maestra siempre le decía «Alejandro, no te distraigas, presta atención a lo que hacemos y verás cómo lo aprendes”. Tal vez a mi amiguito no le interesaba lo que allí pretendían enseñarnos.
El Poder de Atención
A partir de esa experiencia y de las mías propias, prestar atención es centrar los sentidos en lo que se desea. Y de allí mi primera observación, tienes que sentirte atraído por la situación para que dediques atenderle.
En alguna oportunidad, estaban mis estados emocionales efervescentes por las situaciones que atravesaba entonces todo lo olvidaba. Inclusive mis hábitos de lectura que han sido mi pasión por siempre, no rendían frutos. Al principio eso no lo percibí. Pero ya de unos meses me asusté y terminé visitando al neurólogo, imaginado que tenía alguna lesión cerebral.
No consiguió nada anormal. Me remitió al psiquiatra y la lista de medicamentos ni hablar, ahora ya ni siquiera caminaba bien. Solo dormía y la situación se agravó. Por mucho tiempo estuve en esta situación. Hasta que comprendí que mientras hacia una actividad mi mente estaba en otra. Pensaba más en las que me angustiaban.
Tales situaciones no se resolvían y no era eficiente en las que se suponía estaba haciendo al momento. Llegué a comprenderlo en una ocasión que fuimos al cine y al salir de allí realmente no podía opinar al respecto. Mi esposo me preguntó ¿y en qué estabas pensando? Así lo supe, no hacía uso del poder de la atención.
Algunos tips que me funcionaron
- Aprender a respirar conscientemente: en cada ocasión que sobrevenía la angustia ponía en práctica el 4-4-4-4. Es decir, 4 segundo para inhalar, 4 sosteniendo el aire, 4 para exhalar y 4 segundos para volver a tomar el aire. Y mi atención se centraba en la respiración, y me olvidaba del mundo a mi alrededor, ahora es rutina.
- En mis ratos de lectura, comencé a parafrasear lo que leí. Al principio lo hacía cada tres párrafos hasta ir en aumento. Ahora mis momentos de parafraseo van con cada capítulo leído.
- Cuando realizo mis trabajos manuales, voy repitiendo en mi mente lo que hago. No más ayer hice un camino de mesa en patchwork bajo ese esquema.
- Estando a solas, procuro hablarme de lo que estoy haciendo. Funciona muy bien cuando estoy en la cocina.
- Cuando sobrevienen episodios de angustia, me digo tiene solución, manos a la obra y no te preocupes, si no tienes solución, tampoco te preocupes y respiro.
En la medida que fui poniendo en práctica cada detalle, mis angustias se fueron disipando y mi poder de atención fue en aumento, no podemos poner la atención en más de una cosa a la vez, no le dedicas toda tu energía.
Ponte en acción, te invito a que lo hagas, solo se necesita la determinación y la constancia, Ya lo demás viene solo.