No hay mayor bendición para quien está conectado con la mayor fuente de energía, que en cada despertar haya la acción de agradecer. Eso trajo a mi memoria el recuerdo de cuando mis días pasaban en un largo letargo.
Hubo una época de mi vida que ésta no tenía sentido, era aburrida y los días eran muy largos. Se había convertido en una burda rutina pues no había acción novedosa.
Cuando me ausentaba de mis rutinas, me sumergía en un bagaje de pensamientos, solo eso. Allí mi imaginación volaba. Cuántas cosas planifiqué sin llevar a cabo ninguna.
Fueron muchos momentos como esos y una planificación era más detallada que la anterior para siempre terminar en nada. Sin embargo, no dejaba de preguntarme ¿qué me ocurría con todo lo que planificaba? En la mayoría de los casos ni el inicio lograba ver.
Leí algunos libros, tuve algunas mentorías y parecía que sufría de procrastinación, todo lo posponía.
Hasta que llegó el momento en que si no salía del letargo me moriría. Así me sentí, morir, presa del pánico por no atreverme a tomar acción en mi vida.
Cambiar el paradigma me llevó tiempo, era simplemente ponerle movimiento a mis días, hoy digo ponerle sazón.
El efecto del agradecimiento
Y ciertamente, ahora llevo una vida organizada, planificada, aunque reconozco que falta camino por andar. No obstante, comprendí que está llena de retos que ameritan la puesta en marcha del gran templo donde habita mi ser, el cuerpo.
Cuerpo y mente en una gran danza diaria en pro de mis más preciados objetivos. Ahora me muevo con más soltura, con más determinación y mayor flexibilidad, y mi mentora me dijo, que eso es fluir.
En cada mañana después de agradecer por el nuevo día, pongo en marcha mi motor de vida. Lo cual me ha resultado placentero. No porque todo me resulte fácil, sino porque con determinación le hago frente a lo que sea necesario para avanzar.
Mantenerme en acción le ha dado oxígeno a mis días y una nueva perspectiva a mi vida. Pareciera que le faltaran horas a algunos días, y al terminar la jornada mi cuerpo agotado, pero satisfecho de haberlo hecho, vuelve a agradecer.
La mejor manera de estar y sentirte vivo es mantenerte en movimiento tanto física como mentalmente. Ir tras lo que produce felicidad, bienestar y paz.
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