Por supuesto que Puedo

Cuando nos enfocamos en la palabra poder nos viene a la mente la expresión de fuerza. Es cierto, es el ímpetu que hay dentro de ti para actuar.

En mis tiempos de docencia, me conseguí con muchos estudiantes que en principio ante lo desconocido me decían “es que no puedo” y yo lo he vivido infinidades de veces.

Mi percepción de lo desconocido ha cambiado. Hoy día conociendo esa fuerza interior que se llama poder personal, me permito decirme en el mejor de los casos por supuesto que puedo.

Desarrollar el poder personal lleva tiempo. Hasta que haces consciencia del valor que tiene en tu vida. Es cuestión de actitud.

Durante mucho tiempo fui solo pensamientos, y comprendí el sentido lógico que siempre le di a mi vida. Como yo, he conocido infinidad de personas razonando todo lo que le ocurre. No es que sea malo, simplemente es que no todo se tiene que razonar.

También, y después de tantas vivencias, he comprendido que se tiene que sentir. No es que antes no lo hiciera, es que no prestaba atención a mis emociones. Me ha costado mucho asimilarlo, descubrir y reconocer lo que se siente ante cualquier hecho o situación. Explorar cada emoción, descubrir que hay detrás de ella, eso, es irse conociendo.

Ese poder personal viene en el paquete de pensamiento y emocionalidad. Las emociones te dicen muchas cosas. Luego aprendes a tener los pensamientos que respondan a satisfacer la necesidad emocional y no al revés.

¿Cómo puedo superar mis problemas?

En mi experiencia, había vivido en un bucle desfavorable. Cada pensamiento negativo generado por situaciones del entorno me llevó a episodios de salud emocional y física nada buenos. Había mucho sufrimiento.

Hoy, con la bendición de Dios, mi perspectiva de las cosas y de los sucesos es diferente. Las respuestas son otras. Más alentadoras, positivas y menos violentas hacia mí misma. Incluso si las circunstancias son hostiles.

Generar pensamientos que proporcionen equilibrio a tus estados emocionales. Te conducirá a accionar en función de ellos. El bucle se revierte a tu favor. Empiezas a tener otra calidad de respuesta. Tus decisiones en torno a los hechos presentes tienen otro foco y un sentido diferente.

Así he construido mi poder personal. Ahora con mayor frecuencia mi respuesta es: “por supuesto que puedo”. Me permito tomar decisiones que me conduzcan a estar en calma, generando paz interior.

Anímense a experimentarlo. Busquen ayuda, yo lo hice.

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