Es un mundo diverso y variado como el nuestro, cada persona tiene dones y talentos diferentes. Así que desconozco las razones por las que elegimos nuestra profesión en base al dinero que vamos a ganar y no en relación con lo que nos gusta hacer y se nos da bien.
Hay quien dice que si esto pasara habría trabajos que nadie querría hacer. Sin embargo, creo que más bien sería al contrario y los beneficios serían incalculables.
Hasta ahora el hecho de que se elija una profesión según el dinero que vas a ganar, independientemente de que te guste o no, nos ha llevado a encontrarnos con camareros que tratan a patadas a sus clientes. También profesores que no usan el corazón para enseñar, médicos enojados con sus pacientes y amas de casa infelices.
En cambio, si cada persona eligiera su profesión por lo que disfruta hacer y hace bien, esto permitiría que el servicio entregado al cliente fuera siempre de una excelencia incomparable pues su base sería el amor propio y la satisfacción.
Y cuando la semilla es el amor solo puede brotar la abundancia.
Abundancia en un servicio cargado de sonrisas, de amabilidad, de gratitud. También de profesionalidad, de paciencia y de comprensión con el cliente. Eso se traduciría en sueldos más elevados, más propinas por agradecimiento. Mayor productividad y menos horas de trabajo sacrificado y obligado.
¿Cuál es el propósito de tu profesión?
¿Amas tu trabajo? ¿Es el servicio a los demás basado en el amor propio y el disfrute de lo que haces? ¿O es el servicio obligado supeditado a un sueldo para poder pagar tus facturas?
Si la vida es única e irrepetible, ¿por qué gastarla realizando un servicio que no amas solo por dinero? Pasamos el 80% de nuestra vida trabajando. Entonces por qué no aprovechar ese tiempo para hacer algo que disfrutemos y a la vez ofrezcamos un servicio a los demás inigualable.
Mi propuesta hoy es que, aún estás a tiempo para hacer y entregar al mundo un servicio especial haciendo lo que te gusta. Sin importar tu edad.
Hazlo desde el corazón y no desde la comparación. Así podrás sentir que estás aportando valor al mundo y que tu vida mereció la pena.
Claro que habrá personas con más experiencia que tú y estoy segura que el amor y la energía que le vas a poner será insuperable para entregar un servicio de excelencia y recibir a cambio todo lo que te mereces.