¿Luce contradictorio que menos es más? ¿Acaso tú también has crecido con la idea de que hay que tener un palacio, un auto último modelo y un séquito de sirvientes para sentirse próspero? Estas ideas de telenovelas han calado muy profundo en nuestro inconsciente, por lo tanto es necesario quitarnos estas telarañas mentales de que “la mejor vida es la que no tengo”. Aquí pondremos los pies en la tierra y hablaremos de cómo vivir con prosperidad, incluso desprendiéndote de aquello que ya no te sirve. Porque menos en más, cuando hablamos de prosperidad.
Hace unos 10 años atrás escuchaba a un renombrado orientador en mi país, decir que vivía en un apartamento rentado, porque eso le daba más tranquilidad de vivir donde quería. Yo, que estaba en ese momento comprando mi primer apartamento, pensé ¿Se volvió loco? Para hacerte el cuento corto, un buen día vendí mi apartamento y me fui a vivir a Brujas, la ciudad más linda de Bélgica. Hoy disfruto cada día en un lugar bellísimo, rentado con todo lo que necesito. Sólo poseo ropa, libros y mi computador. Llevo 6 años así, pero mi nivel de paz y prosperidad se ha elevado al mil por ciento.
Entre lo que poseo y lo que me posee
Supongamos que ahora mismo te regalo un ticket de avión para irte a un lugar paradisíaco, pero tienes que irte ya, en este momento. ¿Qué cosas pasan por tu mente? ¿Qué dudas te asaltan mientras lees esto? Eso que te preocupa, que tienes que atender, que debes dejar en orden o que debes dejar seguro, es lo que te posee… el resto lo posees.
[bctt tweet=»La riqueza consiste más en el disfrute que en la posesión – Aristóteles.» username=»armoniafrevista»]
Hay personas que tienen un estilo de vida que los posee, algo para lo cual trabajan todo un año y que no les permite tan siquiera disfrutarlo. Otras veces nos poseen artículos de comodidad que nos atan a un empleo insatisfactorio al que le dedicamos 8 horas (o más) diarias. Y cuando les pregunto por qué no renuncian y eligen vivir sus vidas, me dicen cosas tales como “¿Cómo voy a pagar el seguro de mi automóvil 4×4 último modelo?
Tarea de Prosperidad #1: analizar con detenimiento qué posees y qué te posee (sin inventarte excusas al estilo: “esta es una inversión”, “de verdad esto es importante”, “esto es un activo”).
La trampa de consumir para ser
Si algo he aprendido en el camino del emprendimiento (que es algo así como hacerme cargo de mi propia vida), es el hecho de que saber vender nos hace mejores compradores. Las neuroventas son tan poderosas como peligrosas. El miedo vende, incluso para hacerte comprar lo que no necesitas y ni siquiera sabías que existía hace tan sólo 5 minutos. Por esta sencilla razón es importantísimo aprender a relacionarte con tus propios miedos, para que nadie las utilice en pro de su beneficio.
[bctt tweet=»No confundas calidad de vida con nivel de consumo – Anónimo» username=»armoniafrevista»]
¿Cómo saber si estás comprando erradamente? La respuesta es sencilla: o alguien te dice que así como estás eres insuficiente, o alguien quiere ofrecerte soluciones mágicas a un problema complejo. Si yo tengo 20 kilos de sobrepeso y me compro una faja para lucir más delgada “estoy entrando en la trampa de querer aparentar lo que no soy”. Si yo tengo unas deudas apoteósicas y alguien me dice que la mejor forma de salir de deudas es ser parte del “negocio del año”, estás pensando que tu problema es que no tienes el estilo de vida de los exitosos. Excluir vende, porque genera sentimiento de rechazo.
Tarea de Prosperidad #2: Analiza tus pensamientos frente a una decisión de compra. Y si vas a invertir en algo, que sea en conocerte a ti mismo y calibrar tu autoestima. Recupera tu poder de elegir qué comprar.
Entre la autoestima y el merecimiento
Como bien sabes, la forma como el hombre se ha organizado en el mundo, dista de lo ideal. Hasta hace sólo 500 años descubrimos que la tierra era redonda, junto con la integración del continente americano al panorama global. Desde hace sólo 40 años vemos nuestro planeta como un lugar común. Aunque creemos que vamos muy civilizados en el mundo, realmente apenas estamos aprendiendo a vivir y pertenecer.
El orden social ha ido cambiando, pero nuestros instintos básicos de pertenencia siguen intactos. En el fondo todos queremos ser especiales y queremos tener elementos físicos que demuestren a otros que somos especiales. No son cosas que necesitamos, son cosas que están para crear estatus. Eso se llama consumo conspicuo y el blanco fácil son aquellos que tienen autoestima bajo. Si tu mejor amiga se siente exitosa por la marca de su vestido, por el país al que irá de vacaciones o por el costo de su estilo de vida… ¡mejor cambia de amiga!
[bctt tweet=»Si necesitas comprar para agradar a tus amigos, cambia de amigos» username=»armoniafrevista»]
A menor autoestima, más necesidad de sentirse merecedor desde lo externo. Minimalismo no es miseria, sino suficiencia. El merecimiento está más relacionado con la paz de saber que tienes suficiente para dormir tranquilo. Tu única misión es valorar eso sacándole provecho, y no comprando para mostrar o acumular. Einstein vestía sólo de camisa blanca, Steve Jobs sólo vestía de suéter de cuello alto negro y Mark Zuckerberg no necesita más que sus camisetas azules para vivir tranquilo. Los tres han aportado muchísimo desde lo simple, porque valen por quienes son, no por lo que tienen.
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