¿Te has preguntado qué tipo de madre quieres ser? No digo si tienes alguna idealización en tu cabeza (todas las tenemos), de las cosas que crees que haces bien o no. O de las que consideras que son correctas o incorrectas. Me pregunto, si te has detenido a pensar ¿Cuál es tu propósito en ese rol? ¿Qué es lo más importante que quieres lograr en la interacción con tu hijo? ¿Qué es lo que quieres transmitirle?
Al principio todas en mayor o menor grado sentimos incertidumbre. El no tener ni idea de por dónde empezar o terminar un sinfín de cosas. Situaciones y si no nos detenemos a reflexionar sobre las preguntas arriba planteadas, podemos llegar a entrar a una inercia de hacer cosas con las que no nos sentimos a gusto, pero sin tener idea del por qué lo hacemos.
Eres la madre que decidas ser
Existe un dicho popular “tanto si tomas una decisión, como si no, igual ya estás tomando una”. Si decides ignorar tu instinto, lo que sientes y lo que quieres, ya estarás tomando una decisión. De ser una madre ausente, no físicamente, me refiero en ausencia de tu rol. Será muy retador conectar con tu hijo, porque estarás desconectada de ti misma. Solo en tu interior encontrarás la certeza del tipo de madre que realmente requiere tu hijo para su propio camino evolutivo.
Cuando te respondas estas preguntas, no te vayas por el simplismo de “quiero darle lo mejor” y lo que sea que eso signifique para ti. Ni que lo quieres convertir en una mujer u hombre de bien, o una buena persona. Ya que estarás afirmando que no eres capaz de amarlo por su esencia, por su ser. Que requiere convertirse en algo o alguien más para ser digno de tu total aceptación y amor.
Tu hijo ya es suficiente, ya es bueno, está completo. No importa si en un futuro quiere seguir estudiando por el sistema tradicional y obtener un título académico o elige ser autodidacta. No tenemos que hacer nada para que él o ella “sean”.
Cuando hablo de propósito, me refiero a qué esperas alcanzar en ti misma en el ejercicio de este rol. Qué esperas dar o si quieres permitir que sea una experiencia transformadora a nivel interior. O verlo como una interminable lista de tareas que decimos de la boca para afuera que es por amor. Aunque realmente deseas seguir siendo la misma persona de antes, por lo que generalmente te quejas y te parece todo pesado.
¿Qué es lo más importante que quieres lograr en la interacción con tu hijo?
Es decir, el tipo de relación que estás construyendo a largo plazo ¿Qué estas sembrando en ese suelo fértil que cosecharás el día de mañana? ¿Respeto? ¿Amor? Recuerda que esto son cosas que no admiten ambivalencias, no puedes medio respetar o medio querer,¿Respetas a tu hijo solo si no te hace salir de tu zona de confort?
¿Está todo eso que quieres en coherencia con lo que estás haciendo hoy? Si no es así pregúntate ¿por qué? ¿A quién le estás siendo leal? Ya que no es a ti misma. En algunas ocasiones repetimos patrones de forma inconsciente. Sentimos que si lo hacemos distinto podemos traicionar a nuestra madre, por ejemplo. O que vas a decirle de algún modo que lo hizo mal.
Las respuestas a estas preguntas solo te ayudarán si decides con firmeza a darte el permiso de ser la mamá que realmente quieres ser.