¡En tan solo 3 horas!

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En diciembre del 2018 decidimos celebrar Navidad en Nueva York, queríamos ver el famoso árbol de Navidad del Rockefeller Center. Mi esposo se encargó de los detalles del viaje. Haríamos escala en Brasilea. Allí tomaríamos el avión rumbo a Canadá con una escala de 4 horas para luego llegar a nuestro añorado destino: Nueva York.

Pero cuál sería nuestra sorpresa cuando nos llaman por los audios. Preséntense urgente en el mostrador de Air Canadá. Te imaginas, que nos exigían visado para Canadá, en ese momento nos pusimos a tramitar las visas por vía online, con el inconveniente que a mi esposo se la denegaron, por motivos no explicables en ese momento.

 

Nos toco tomar la decisión apresuradamente. Mis hijos y yo viajaríamos y mi esposo trataría de comprar otro billete de avión donde no necesitara escala en Canadá. Durante el viaje comencé a visualizar nuestro encuentro en el Hotel todos unidos. Viviendo esa emoción, escuchando sus palabras, todo con lujo de detalles.

 

Durante mi vida he experimentado, lo que se es y se siente cuando todas tus peticiones conscientes e inconscientes son contestadas por esa inteligencia superior que está ahí esperando a que te dirijas a ella. Ya sea por problemas de salud, trabajo o para encontrar el amor de tu vida. Me he dedicado a aprender diferentes métodos terapéuticos que, junto a mi intuición me ayudan día a día a conocerme mejor y uno de mis deseos se cumple diariamente: el servicio, el ayudar a mis pacientes en sus procesos. 

 

Primer paso que sigo: Decido lo que no quiero experimentar.

Segundo paso: La alegría, la sonrisa y el buen humor nunca me abandonan.

Tercer Paso: Soñar despierta con todos los sentidos.

 

Aquí no termina mi historia. Al llegar al aeropuerto de Canadá nos esperaba otra sorpresa: A mis hijos no los dejaban pasar, no eran aceptados, mi corazón se aceleró: ¿por qué ellos?; se supone que somos familia. Los trabajadores de la Aduana estaban renuentes; no pueden poner un pie en territorio estadounidense, yo entendía el idioma inglés menos que de costumbre, con manos y pies logré entender que mis hijos no tenían el ESTA: requisito indispensable.

 

Habíamos visitado hacia 2 años atrás Florida sin ningún inconveniente y mi Visado estaba en orden; no nos fijamos en que mis hijos tenían un nuevo pasaporte; y, por lo tanto: ninguna Visa para entrar a territorio estadounidense. En ese momento había que tomar una decisión nos dijeron las autoridades: salir del aeropuerto; buscar un hotel donde poder solicitar la visa y con buena suerte en una semana la darían dijo una oficial, o retornar a casa. Ninguna de las 2 opciones me gustó, yo seguía prendida a mi sueño de visitar Nueva York. Respiré profundo; y caminamos todo el aeropuerto de aquí para allá, de allá para acá, nadie era responsable, decidí dejar que mi intuición me guiara.

Solo 3 horas

 

Cuando todo parecía señalar que dormiríamos en Canadá. Apareció un trabajador que nos orientó, creo que fueron varios ángeles que se confabularon para orientarnos, de pronto todo fluía; apareció una computadora y todo donde mi hija rellenó los formularios. La respuesta a ese proceso podía demorar días u horas. Al escuchar: horas, mi corazón recibió la confirmación: algo bueno está por llegar. Comencé a dar las gracias por el viaje tan maravilloso, a dar las gracias a todos trabajadores tan amables que nos estaban orientando. Gracias Dios; universo. Ya mis hijos contaban con el visado en una hora. Esta larga agonía duró solo 3 horas.

 

Como te podrás imaginar, llegamos al hotel al mismo tiempo que mi esposo.

Ver también La intuición: artífice para decidir

Video Bendita herencia

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