Pues depende de ti. Una pequeña parte de nuestra felicidad está relacionada con el lugar donde vivimos y nuestras circunstancias, pero el resto es cuestión de creer en que ser feliz es posible y ejercer con autonomía la felicidad.
Nos han enseñado que para tener suficiencia (académica, financiera, entre otras) hay que tener ciertas habilidades, talentos o capacidades. Además nos dijeron que debemos trabajar duro.
Para convencernos, diseñaron parámetros que miden estas capacidades por simple división de lo que tienes (dinero, conocimiento, belleza) entre lo que deberías tener, como cuando sacas 18/20 puntos.
¿Pero quién puede medir la capacidad del espíritu humano para ser feliz? ¿Sabe alguien cuán feliz es cada quien con lo que tiene?
Nada ni nadie puede impedirnos estar en estado de alegría. Sabemos que el dolor existe, pero el sufrimiento es optativo.
[bctt tweet=»¿Quién puede medir la capacidad del espíritu humano para ser feliz?. @susanamarciana #ArmoníaF #YoSoySuficiente»]
Si tenemos un evento triste, lo mejor que podemos hacer es recuperarnos pronto. No nos conectemos con fechas y eventos que no aportan nada a nuestro crecimiento.
Ser feliz está a tu alcance
No existen las excusas para detenerse en la vida, aunque inventemos cientos de ellas. Los requisitos para ser feliz no están en relación directa con el aspecto personal, calificaciones o solvencia financiera.
Si estás en la espera de un trámite, usa ese tiempo para orar, mantenerte en una postura de yoga o, mejor aún, entablar conversación con otras personas. Si vives en Venezuela, esa es una excelente opción.
Es nuestro espíritu el que decide que los desafíos son oportunidades y que las piedras del camino se pueden amontonar para escalar montañas.
Si estás leyendo este artículo es porque tienes TODO lo que se requiere para ser feliz. Haz de la felicidad (individual y global) tu propósito de vida.
Sé feliz porque te lo mereces, puedes y debes. Y lo que se obtiene, no tiene precio.
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