¿Te esfuerzas y nada es como lo esperas? Quizás necesitas revisar lo que has estado haciendo. Transforma tu vida.
Hace ya varios años que descubrí que al pasar la adolescencia terminamos siendo poco honestos. Los adolescentes se pierden en su imaginación. Tratando de descubrir quiénes son. De manera indirecta o directa, cuando eres adolescente te preguntas por primera vez: ¿Quién soy yo?
En culturas primitivas sin acceso a tanta tecnología eres adulto en tan solo un año. Chicos de 12 años son enviados a cazar un animal con su abuelo, por ejemplo, para mostrar ese paso hacia la adultez. Al finalizar ese año ya ellos han decidido que van a hacer con su vida. Probablemente tienen una pareja, y en muchas ocasiones viven separadamente de sus padres. En nuestra cultura este periodo se extiende mucho más.
Para nosotros, después de la adolescencia la mayoría de la población entra a convertirse en un adulto joven del que ya se espera que sepa su carrera, quién tiene que ser, y cómo “debe” comportarse. Ha comenzado la mentira. En este período ya se van viendo las señales que muestran que eres muy duro contigo mismo. Ya que no te has convertido en lo que esperabas convertirte o en lo que te imaginaste podrías ser.
En el momento enfrentas una realidad simple. No sabes quién eres, adivinas y pretendes ser quién deberías ser para “tener una vida completa y feliz”.
¿Quién eres?
La respuesta a esta pregunta o la encuentras hasta que ya estás bien entrado en años. Y yace en recobrar la habilidad de poner atención a lo que honestamente tu corazón desea. Saberlo, te ayuda a transitar los pasos que transforma tu vida.
Empieza por no dedicarle la energía a las dudas que te llegan tratando de resolver la pregunta, ¿qué se espera de mí para ser aceptado?
Llegamos al punto clave. Y es que para poder trascender estas dudas hay que conectarse con la parte más íntima de tu ser. En donde se refugia honestamente la respuesta a qué es lo que tú deseas, y el porqué lo deseas.
Transforma tu vida
Para tener una identidad, comienzas a pretender por el miedo a la intolerancia que puedan tener otros hacia ti por no haber definido quién eres. Por eso te pegas de un papel rígido o de estándares que te hacen a creer que tienes una identidad y así terminas siendo católico, Hare Krishna, un bandolero, un hippie, en fin, para reclamar “un lugar en el mundo.”
Para encontrar tu verdadera esencia deja ir. Suelta en vez de aferrarte a los principios y estándares qué tú crees te definen. Aprende a conocerte, mira en tu interior, qué te gusta, qué te hace feliz y cómo sientes tu cuerpo a través de las diferentes experiencias, sin dejar que patrones predeterminados lo hagan por ti.
Transforma tu vida. El paso más importante es sincerarte, es dejar de crear pretextos por tus acciones o lo que te sucede en el presente. El pasado no tiene que marcar tu presente, tú decides si es así o no. En cada momento tienes la oportunidad de corregir y elegir de nuevo.
Si verdaderamente quieres transformar tu vida, es hora de soltar los patrones que te tienen inhabilitado y tomarte el tiempo de experimentar tal y como eres, cada momento en tu vida sin dejar que la traicionera mente racional llegue en cada momento a definir cómo tiene que vivirse.
Piérdete en el presente, y para llevar esto a la práctica te invito a escribir en una hoja de papel las diez cosas que más te llenan de felicidad, sin importar si tienen valor monetario, si son aceptadas por tus vecinos, si no van con tu edad, o si se verían bien al compartirlas con otros o no. Este ejercicio te ayuda a liberarte de la mente porque tienes que decir la verdad a todos los niveles, desconectándote de las identidades que cargas a cuestas. Después de hacer este ejercicio sucede el milagro, es allí cuando empiezas a darte cuenta que tú no eres los roles en los que te has enganchado.
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