Antes de pensar en ganar más dinero, resuelve cómo gastas lo que ya tienes. Si estás en un estado de conciencia plena de tu comportamiento, sigue así. Pero si es poco lo que inviertes para saber el propósito de tus compras, detente. Aquí te ayudaremos para que tus gastos sean saludables.
Primero, define cuáles son las cosas que te proporcionan tranquilidad. Por ejemplo, el alquiler o hipoteca, los gastos en comida y servicios básicos. Quizás lo que te cuesta trasladarte, la educación y la salud. Es decir, todo aquello que tenga un efecto directo en tu resguardo personal.
Esto es un desafío para la mayoría, pues pocos saben diferenciar lo que necesitan de lo que les aporta comodidad. Entonces se incurre en gastos que no son necesarios para vivir. Pero, pensamos que no podríamos estar bien sin esos productos o servicios. Para que tus gastos sean saludables es necesario saber la diferencia entre lo esencial y lo superficial.
Aclara cuál es tu mínimo necesario para vivir. Define con precisión qué te aporta un lugar seguro, alimento y traslado para que puedas valerte por ti mismo. Posiblemente te sorprendas con la cantidad de cosas que compras que no son prioridad.
Tal vez entres en negación y decir que todo es importante. Pero piensa en las emociones que experimentas con la forma actual de manejar tu dinero. Si buscas paz y tranquilidad, entonces algo tiene que cambiar. Desde nuestra experiencia, lo que necesitas cambiar es tu manera de pensar.
La necesidad de que tus gastos sean saludables
Una vez ya cubierto el tema de tus verdaderas necesidades básicas, puedes pasar a observar tu necesidad de comodidad. Nos referimos a que observes cuales son esos costos adicionales que realmente te ayudan a hacer tu vida más fácil y placentera.
Por ejemplo, definir si comprarte un celular costoso es necesario o si el uso que le das puede ser cubierto por una marca menos reconocida a un costo más accesible. Tal vez implica darte cuenta de que gastas mucho comprando comida en vez de cocinar. O quizás descubras que adquieres cosas para que otros se den cuenta de tu éxito.
Así que considera que aquello que no sea útil, no estabilice tu sentir o que no sea significativo a largo plazo, se trata de un gasto irracional. Este es un tema muy personal. Cada quien tiene sus propias necesidades y preferencias. Por lo tanto, solo tú tienes la capacidad de hallar la respuesta que mejor te funcione. Recuerda que para que tus gastos sean saludables, necesitas conocer lo que hay en tu mente.
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