Existe un desequilibrio bastante extendido al interior de las relaciones de pareja que merma su productividad. También desgasta en forma directa y constante el vínculo entre ellos. A simple vista, pareciera ser un punto sin importancia. Pero, es necesario no subestimarlo por el daño que provoca. Ya que si se permite que avance puede convertirse en un motivo de ruptura de la relación. Es un problema frecuente que sigue siendo un tema incómodo.
Muchos hombres se manifiestan a favor de reconocer a la mujer como personas cuya labor en la sociedad es fundamental y de gran trascendencia, Sin embargo, una constante queja por parte las mujeres, es que sus esposos siguen considerando la labor en el hogar más importante que un trabajo regular. Además, consideran que no cuentan con la colaboración de sus compañeros para repartir las responsabilidades del cuidado de los hijos y el quehacer de la vivienda.
Ante este extendido problema, lo que sucede comúnmente es que la pareja empieza “a jugar al gato y al ratón”. Lo que solo agrava la situación. Es una dinámica en la que el hombre refiere que la presión le frena más a participar y la mujer se siente desesperada por la carga.
Al llegar a este punto, sería muy recomendable buscar alguna ayuda profesional que les permita salir de este círculo vicioso. Del cual muchas parejas salen de forma desesperada, por la vía de la ruptura de su relación.
Han llegado a una situación en el que más que relacionarse como cónyuges, se sitúan en el esquema de “madre-hijo”. Y desde ahí, les será difícil que ambos piensen las cosas desde la perspectiva de ser “pareja”. De ser compañeros del mismo barco, al cual ambos, desean llevar a un “buen puerto”.
Un problema frecuente que necesita solución
Al buscar soluciones les sugiero que no pierdan el tiempo tratando de que la distribución sea exactamente en partes iguales. La necesidad de sus compañeras se basa más en la actitud solidaria y empática que puedan manifestar. No en una rigurosa distribución de actividades para cada uno.
Así, por ejemplo, que él resuelva la atención de los hijos, al verla llegar un día exhausta del trabajo. O la trate con mimos para atenderla un día que sabe llegará ella más tarde. Será muy valorado y permitirá que el barco navegue de manera más fluida sobre la agitada marea cotidiana.
Esto tranquilizará a la agobiada esposa, al saber que cuenta con su compañero para hacerse cargo de aquellas tareas que atañen a ambos. Obviamente, también les podrá ser útil, distribuir algunas actividades que aumente su productividad y ello les reditúe en el ahorro de mucha energía.
A las parejas que responden de manera conjunta a las responsabilidades fortalecen su relación. Favoreciendo una sensación de equidad y de verdadero trabajo en equipo. Según afirman investigaciones serias, tendrán una gran recompensa. Esto se debe a que cuando el esposo contribuye en las responsabilidades, el matrimonio afirma tener una vida sexual más satisfactoria que en aquellas parejas en que la esposa cree que el marido no está cumpliendo con su parte. No vivas atrapada en un problema frecuente. Es momento de encontrar la salida y equilibrar las cargas.
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