Un valor es aquello que consideras importante. Puede ser un pensamiento, un deseo, una meta o alguna característica de tu personalidad. Eso que te acompaña en todos tus roles personales. Usualmente los valores se asocian a lo bueno y lo correcto. Pero, ¿Qué pasa cuando valoras lo que pierdes? Con esto nos referimos a la atención que le das a lo que no tienes o que perdiste por alguna razón.
Tu relación con lo material refleja una dimensión de tu estado psicológico. Es decir, según sean tus decisiones y sus consecuencias, se puede apreciar la estabilidad o no de tu mundo emocional. No estamos queriendo decir que lo material sea más valioso que lo que sientes o viceversa. Necesitas verte como una persona integral, esto significa que influyen en ti todos los aspectos que el mundo define como parte de la existencia.
Por esta razón es que el dinero y las posesiones son tan importantes. Pues representan el mecanismo de intercambio para estar físicamente a salvo en términos de refugio, alimentos y salud. Así que cuando no puedes satisfacer tus necesidades básicas materiales con tranquilidad y regularidad, es un desafío para ti.
Seguramente no te has planteado que tal vez necesitas ayuda para superar tus retos financieros porque te convences de que son parte de la vida. Por ejemplo, sentir ansiedad y angustia ante los índices de inflación de tu país. Sobre todo, al saber que tu capacidad de compra varía constantemente y que tus ingresos no se equilibran con el cambio de precios.
Quizás no relaciones la necesidad de un proceso de recuperación emocional frente a robos y estafas. Perder genera dolor y si esa pérdida de dinero proviene del engaño o la amenaza es mucho peor. Es difícil que lidies por tu cuenta con la culpa, el reproche y la impotencia que estas experiencias traen.
Por otra parte, es posible que te sientas constantemente frustrada porque haces planes con recursos que no tienes. Al no tener orden en tus finanzas o no saber administrar lo que tienes nada será suficiente porque tus criterios de decisión tienen un marco de referencia que no existe.
¿Cómo darte cuenta de que valoras lo que pierdes?
Básicamente, porque piensas mayormente en lo que no tienes, lo que perdiste o lo que te gustaría lograr. Si no eres capaz de aprovechar tus recursos reales, sentir aprecio y agradecimiento por lo que tienes, sea poco o sea mucho, es una característica para tomar en cuenta. Quien sólo piensa en carencias no puede conectar con la abundancia. Si bien tu contexto social define el mínimo de dinero que necesitas para cubrir tus necesidades, la tranquilidad depende de tu mentalidad.
Cuando eres una marioneta de las tendencias no ejerces tu autonomía. Es decir, el contexto toma las decisiones por ti y luego lamentas las consecuencias. Cuida tu capacidad de tomar decisiones, sé consciente de lo que haces y deja a un lado los impulsos para que puedas elegir libremente.
No te quedes estancada en los conflictos. Hazte cargo de lo que te permita avanzar. Suelta la idea de que los problemas financieros sólo se resuelven accediendo a más dinero. Puede que requieras un proceso profundo para desvincular el valor que le das a lo que pierdes o no tienes. Aunque reconocemos que puede ser difícil iniciar, sostener y concluir algo así, igual te lo recomendamos. Haz la diferencia en tu vida haciendo lo que está a tu alcance para estar mejor, tanto en lo interno como en lo externo. Ten presente que lo mejor está dentro de ti.
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