¿Vives pensando que el dinero es solo para pagar cuentas, resolver lo necesario y que disfrutar es solo para quienes les “sobra” el dinero?
Bien, entonces así será.
¿Cómo se siente eso? Seguro que nada bien.
Lo que hay allí es una creencia instalada con respecto al dinero. Sí, sé que tu mente te va a decir que eso es lo que vives. Pero la verdad es lo que tú estás creando cada día. Para confirmar tu propia teoría (esto se conoce como tendencia confirmatoria).
En esta oportunidad te voy a ayudar a crear un espacio de tiempo y recursos para darle una nueva orden al dinero. Para que lo vivas desde la recreación, sin derroches.
Definir el tiempo y/o dinero a invertir
Si el dinero viene a apoyarte en las cosas que son importantes para ti, entonces lo primero es revisar a qué le llamamos “importante”. Seguro son aquellas cosas que llamamos responsabilidades, y que por esencia son serias.
Pero seguro tienes unos ingresos bien ajustados, y por mucho que te diga que hay cosas que estás comprando y no necesitas, tu mente te dice que no es así. Bien, entonces vamos con otro recurso similar: el tiempo. Aquello a lo que le dedicas tiempo, es de lo que se construye tu vida. Si hasta el momento piensas que estar sin hacer nada es perder el tiempo, debes replantearte tu concepto de productividad.
Aquí se trata de que, sin importar si hay o no tiempo y dinero, que analices si estás dejando espacio para relajarte, recrearte y disfrutarte. Eso puede ir desde un fin de semana en un spa (dinero) o un domingo en la tarde en un parque (tiempo). Dentro de ese espectro, eres tú quien decide cuál va a ser el recurso y la forma como crearás espacio para pasarla bien.
Invitar a otros a disfrutarlo contigo
La tendencia es que lo pensarás mucho para luego no hacerlo. O lo harás una vez para luego sentirte culpable por no estar haciendo cosas más importantes. Así que el secreto para darle continuidad, según la neurociencia, es sumar otro cerebro a este espacio de recreación.
Mi primer recreador profesional fue mi perrito. Me levantaba en las mañanas para ir a caminar. Para él era una necesidad básica, mientras que para mí era una responsabilidad. Con el tiempo, la pasábamos bien juntos. Hasta que se convirtió en una actividad obligatoria en las mañanas. Sin embargo, totalmente placentera Era el momento antiestrés más poderoso que teníamos.
Si no tienes mascota que te invite a pasarla bien, entonces busca un amigo. Tal vez un vecino, la mascota de tus padres o un club social donde otros ya lo estén pasando bien. La idea es que tu mente comience a sentir la recreación como lo que es: parte de tu equilibrio psicológico.
Toma vacaciones y viaja
Con el tiempo descubrí que la cultura hispana tiene los viajes en el baúl de los sueños, no de los planes. Viajar es visto como un derroche de dinero. Algo para lo cual no hay recursos asignados. La neurociencia hoy día deja claro que, detrás de un viaje de aventura, el cerebro se hace más saludable gracias a su neuroplasticidad y capacidad regenerativa. En otras culturas, los viajes son vistos como inversiones culturales, por lo que enriquece sus vidas.
El presupuesto de viajes no habla de un monto rígido, Sino de la capacidad exploratoria que tengas, y los recursos con los que cuentes. Un viaje de vacaciones puede ser entre 2 o más familias juntas. Donde se compartan los gastos y vayan juntos a un lugar fuera de la ciudad por 3 días. También puede ser el acampar a la orilla de la playa en una localidad segura. O quedar a comer juntos en un picnic en el parque más cercano. Se mide en calidad, no en cantidad.
Viajes y salud
A pesar de venir de un hogar donde nunca hubo vacaciones, desde muy joven aprendí a hacer espacio para pasarla bien. Decidí a mis 23 años comprarme un auto para viajar dentro de mi país. A los 26 lo cambié a una camioneta con la cual iba cada dos meses a acampar en la playa. También me di la oportunidad de pasar 8 meses sabáticos fuera del país (pagando una hipoteca de un apartamento). Y más tarde me fui una semana de viaje a Europa. De ese viaje salió el plan de migrar y desde que llegué a Europa no he parado de viajar.
Si no creas espacios de recreación en tu vida, terminarás llenándote de resentimientos, cansancio, rabia, y un sentimiento de injusticia. Esa amargura será como un hedor que todos a tu alrededor irán percibiendo. Hasta el punto de que evitarán compartirte sus experiencias recreativas.
Como te decía al comienzo, el dinero siempre fluye hacia donde pones tu atención. Si tu atención le dice al dinero que va solo a pagar cuentas, aparecerán más y más cuentas que pagar. Si tu atención le dice al dinero que hay para pasarla bien, aparecerán más y más invitaciones a pasarla bien… ¡tengan poco o tengas mucho!
Sea en tiempo o dinero, comienza a crear tu presupuesto recreacional y regálate el espacio que te mereces.