Me gustaría comenzar definiendo la palabra productividad. Es la relación entre cantidad de productos obtenida por un sistema y los recursos utilizados para obtenerlos. Cuanto menor sea el tiempo que lleve obtener el resultado deseado, más productivo el sistema. Hoy exploraremos el significado de una vida productiva.
Aquí deseo detenerme. Considero de suma importancia hacer notar dentro de este término tan utilizado la necesidad de hacer cambios para mejorar. Ya sea un cambio grande o pequeño, puntual o continuo.
En términos más sencillos esta palabra nos quiere indicar la cualidad de poder llevar a cabo algo.
Si partimos de esta idea entonces pudiéramos decir que la manera más segura de condenarse a uno mismo a una vida de fracaso y lágrimas consiste en hacer únicamente el trabajo por el que te pagan.
Andrew Carnegie dijo que había dos tipos de personas que nunca lograban mucho en la vida. Una es la persona que no quiere hacer lo que le dicen que haga. La otra es la persona que solo hace lo que le dicen que haga. Y cuando se le preguntó a Walter Chrysler qué era lo que más necesitaba en su planta, comentó: diez buenos hombres que no están atentos al silbato, ni se la pasan pendientes de la hora en su reloj.
La esencia aquí guardada no es otra que el hecho de aprender a hacer cambios en tus hábitos. Donde esos hábitos lleguen a sorprenderte. Cambios que te aporten valor a ti mismo y a todo lo que te has propuesto hacer y lograr.
Esos cambios de hábitos pueden involucrar la salida de la rutina, esa que muchas veces te atrapa y evita que seas realmente productivo.
Una vida productiva
Empezar a preguntarte si tiene sentido lo que haces, a lo que dedicas. Plantearse la duda y cuando esas interrogantes hayan sido resultas atreverse a cambiar. A acumular valor y empezar a decir NO a lo que no tiene sentido.
En tan sencillo como el volver a hacerte cargo de tu propia vida, rediseñarla. En pocas palabras vivirla a tu modo y no como te han dicho que debes vivirla.
Aprender a vivir desde lo que tiene sentido y utilidad para ti. La vida no es estar estresado ocho horas al día o más. Tampoco es estar en la infelicidad constantemente. No tiene que ver con estar soportando depresiones. La vida no es vivir en un conflicto o en sufrimiento sino todo lo contrario. Vivir es una fiesta de crecimiento y creación porque venimos a evolucionar. Celebremos la vida aprendiendo cotidianamente de todo lo que pasa y creciendo con todo lo que nos ocurre. Haremos de la experiencia una buena noticia que debemos divulgarla con productividad y propósito, el resto es un espejismo.
Somos seres extraordinarios y te aseguro que las respuestas que andas buscando solo están en tu corazón. Tómate el tiempo que sea necesario para reencontrarte. ¡Te mereces vivir en Bienestar! Atrévete a vivir una vida productiva.
Caterina Gravina
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